martes, 16 de octubre de 2012

DÍA 84: Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar...



A Ella le gusta el mar.

Se queda ensimismada, durante horas, mirando la lejanía acuosa, observando, enredada entre las olas, el devenir de la espuma, la sal y la vida...

... a Ella le empapa el alma el mar.

Me insiste reincidente para que le acerque a ver la infinidad, me convence con embriagadores argumentos sobre la energía y el poder de los profundos océanos, sobre la libertad y el espíritu salvaje de las profundidades rotas en orillas rocosas.

Vive hechizada por el continente de superficie líquida... vive fascinada, embelesada, aprisionada por el océano y el mar... y es que Ella es igualmente mar, ella es abismal, ingobernable, oscura y traslúcida, envolvente, cautivadora, peligrosa y acogedora, desconocida, conquistada... interminable, finita y descontrolada...

Vaivén con ida y vuelta... Ella siempre regresa... al igual que lo hace el mar.


Indómita disfruta imaginando paraísos perdidos, se deja mecer por las olas y viaja a través de arrecifes de coral. Se deja llevar por sonidos embotados, por la vida balanceante a merced del mar.

En los días de tormenta se pertrecha de un buen abrigo y sale a su cita cumplidora... a disfrutar de la abundancia del acuífero caudal. Se moja entre las gotas ingrávidas del cielo y también entre las olas de los torrentes del mar.

Es probable que el deslumbramiento por esta masa de inmensidad, tenga un origen más cercano de lo que cualquiera pueda imaginar. Quizás se encuentre el fundamento en una fascinación familiar... pues conozco de cerca a su padre... y se que también le seduce el mar.

Ambos tienen un acuerdo implícito con la fuerza natural... en los días de tormenta y de agreste vendaval, es de obligado cumplimiento una arriesgada visita al mar. Emocionarse con su fuerza y su poder descomunal, recordando que en esta vida... el hombre es insignificante... insustancial.

Quizás con mi relato de pensamiento bamboleante olvidé lo esencial... y no recordé mencionaros que... a Ella le gusta el mar.

 

8 comentarios:

matrioska_verde dijo...

y a mí también me gusta, me atrae, me fascina, me hipnotiza...

¿te dije ya que me gustba el mar?

biquiños,

Docecuarentaycinco dijo...

Hola Aldabra, la verdad es que es dificil no amar el Mar, el Mar es vida, el Mar es energia, el Mar es libertad y tambien profundidad y melancolia. Lo tiene todo, a partes iguales.
Engancha y es dificl vivir sin el, ¿verdad?
Un beso muy fuerte y que tengas muy buen dia.

M.G dijo...

Ay! El mar!La mar!
De infante mi padre me enseñó a cantar, tocando él la acordeón, ésta camción: La mar estaba salada, salada estaba la mar, la mar estaba salada, salada estaba la mar. Y AHORA CON LA "E"decia: Le mer estebe selede, selede estebe le mer, le mer estebe selede, selede estebe le mer. Y AHORA CON LA "I".....etec....
De esta forma subliminal me enseñó el valor del mar y de las letras. Yo lo traspasé a mi descendencia. FUNCIONA, CREERLO.
Soy de tierra a dentro y conocí el/la mar con 7 años. Recuerdo que mi primera impresión fué que era traidora. No me pareció inmensa, como es lo normal, solo me pareció traidora. Se iba, se alejaba, cada vez más...( supe después que era por las mareas). Yo, cuando la alcancé, cuando al final me dejó alcanzarla, la disfruté. Pero de repente empezaron a gritarme: SAL, VEN RÁPIDO, SAL!!!!y ella comenzó a crecer rápidamente, a engullirme, y yo corría como podia, pero ella era más potente que yo. Al final le gané la batalla.
Desde entonces me alucina su potencia, su orgullo, su superioridad.
Desde entonces LA RESPETO.
Me encanta observarla desde la orilla, a salvo. Horas y horas me puedo pasar viéndola venir, viéndola ir, viéndola volver. Eso sí, desde la orilla, a salvo.

Docecuarentaycincopm dijo...

Hola M.G... poco más que añadir que no hayas dicho ya. Profundos recuerdos y sentiemintos. Creo que todos los tenemos con el Mar... la Mar.

Es un regalo de la naturaleza, uno de los dueños de nuestra vida, así que, como bien dices, respetémosla...

Un beso ENORME ENORME!! Gracias una vez más por estar siempre ahí y por compartir tanta interioridad... lo agradezco enormemente porque a mi hay un gran Mar que me separa de mis seres queridos y palabras como las tuyas siempre me hacen sentir más cerca de ellos ;).

don Gerardo de Suecia dijo...

Saludos a tí y el mar!

Docecuarentaycinco dijo...

¡Buenos días Don Gerardo de Suecia! Me encanta ver mirando y saludando por mi vente a gente nueva.
Muchas gracias por tu visita y por tus palabras, espero verte por aqui en otras ocasiones (si te ha gustado lo que has visto) y que compartamos experiencias siempre que te apetezca, ya sabes que compartir e intercambiar vivencias enriquece a quien las regala y a quien las recibe.
Que pases un lindo día... espero que junto al Mar.
Un abrazo desde muchos kilómetros lejos de Suecia.

Menchu dijo...

Me sumo, ¿como no?, a los amantes del mar.

Hace años, en una especie de juego psicológico, me pidieron que dijera qué objeto inanimado, qué animal y qué vegetal me gustaría ser. Mi respuesta fue: roca de acantilado, delfín y margarita.

Cuando tengo que relajarme me veo tumbada en una tranquila y soleada orilla, o flotando sobre una enorme margarita, balanceada por el agua.

Será que soy de interior y que tengo asociado el mar a muy buenos momentos ...

Docecuarentaycinco dijo...

Preciosa respuesta la que diste Menchu y preciosa imagen la de verse mecido sobre una margarita a merced del mar.

Un beso enrme y gracias por estar siempre ahí, me reconforta ;).