Se borró.
Desparecido. Anulado. Volatilizado. Desecho. Esfumado. Evaporado.
Así quedó aquel pedacito de lo más profundo de mí transformado en palabra ofrecida, en experiencia compartida y en publicación guardada esperando su momento de expansión virtual a través de este espacio tan personal.
Asemejándose a un truco magistral extraído de la más habilidosa de las chisteras, en un parpadeo, aquel borrador guardado en no se sabe bien dónde dentro de la cibernética nube... huyó.
Y dejó tan solo al vacío... acompañado de la onerosa ausencia.
Aquel cúmulo de palabras y emociones hoy perdidas hablaban sobre el miedo a las alturas, sobre el hecho de engarzar en oro las alas del pájaro y no ser capaz de ascender de nuevo al cielo... hablaban sobre una experiencia personal vivida hace algunos años en una atracción, hoy ya clausurada, ubicada en el centro de la metrópoli en la que en aquellos momentos residía esperanzada... hablaba sobre cómo una altura imprevista me jugó una mala pasada... hablaba, como todo en esta ventana, de la vida, de la motivadora existencia y, como no podía ser de otra forma, de sus puntuales desolaciones y amarguras.
Os contaré que una vez superado el ardor inicial provocado por el aún hoy incomprensible extravío literario, ardor fruto de la incredulidad más absoluta por la pérdida, y que tras derramar lágrimas de pena por la impotencia y la falta de entendimiento... mi mente, exhausta, asumió que se había ido para siempre. Entendí que nada estaba en mi mano, asimilé que, como en la vida misma, se presentan muchas ocasiones en las que ciertas pérdidas nos obligan a empezar de nuevo, ha remontar el vuelo y a desplegar nuestras fortalezas dando a cada situación la importancia que se merece... reconstruirnos siendo capaces de no engarzar nuestras alas de pesados oros innecesarios... pudiendo así ascender, una vez más, a los cielos de los que nunca debimos salir.
Todo lo importante es irremplazable, pero recordé que precisamente por eso, podía reemplazar aquel vacío con algo igualmente irremplazable... así que aquí me veis, concediéndole a la situación la justa relevancia y supliendo el ahora menos vacío con un nuevo pensamiento fruto de mi vuelo, haciendole frente a miedos e incertidumbres vacuas.
En la soledad de mi salón, acompañada únicamente por el ruidoso ventilador que me refresca desde hace meses cada madrugada... día tras día... me percato de que, curiosamente, donde hoy debía haber otras palabras escritas frente al lector, donde originariamente rezaba DÍA 57, donde hablaba de alturas y temores... hoy hay un texto absolutamente diferente, pero resultado sumatorio de los pensamientos que le anteceden en el DÍA 56 y que le preceden con el DÍA 58... pues esto que hoy extraigo de mis profundidades más afligidas y reveladoras, es suma de CATARSIS y de SUEÑOS, LOCURA E INSPIRACIÓN (donde medito sobre el abandono de las musas motivadoras). Sorprendida desenmascaro, como por arte de la más asombrosa magia, que ésto que hoy arrojo como purga a mis sinsabores de creación quebrantada es el resultado de dos pensamientos escritos ya hace tiempo... probablemente el destino juega conmigo de una manera sutil y maravillosa.
Me justifico pensando que todo pasa por algo... y eso, más allá del entendimiento, logra calmar mi desazón... y reconfortar mi alma.
Concluiré mi exposición emocional alegrándome de que, aunque los pensamientos escritos no son irremplazables, pues ninguna catarsis puede asemejarse a otra, al menos sé que las palabras, las reflexiones y las emociones sí pueden ser reemplazadas, es el inmenso poder de las capacidades flexibles de la mente humana. Está únicamente en nuestra mano el cambio de perspectiva.
Así que hoy, armada de valor, en la negrura de esta noche aún inconclusa... podéis verme escribiendo un volcado emocional... intentando no suplir la ausencia ya asumida sino únicamente descargar un poco el peso de la pena y la frustración (ahora ya dimensionadas en su justa medida e importancia).
Y ahora, menos frustrada por la impotencia contenida en algunos pensamientos lineales recogidos al inicio, me encuentro ante el teclado finalizando este imprevisto DÍA 57... logrando mitigar la tristeza que supone saberse desprendida injustamente de algo creado en las profundidades de la noche... evidenciandome a mí misma una vez más, que superar los retos imprevisibles es lo que nos engrandece y que, irónicamente, es precisamente en estas pequeñas e inesperadas sorpresas donde radica la base y el entrenamiento para hacer frente a lo que, inevitablemente, la vida nos traerá de manera mucho más seria.
Desparecido. Anulado. Volatilizado. Desecho. Esfumado. Evaporado.
Así quedó aquel pedacito de lo más profundo de mí transformado en palabra ofrecida, en experiencia compartida y en publicación guardada esperando su momento de expansión virtual a través de este espacio tan personal.
Asemejándose a un truco magistral extraído de la más habilidosa de las chisteras, en un parpadeo, aquel borrador guardado en no se sabe bien dónde dentro de la cibernética nube... huyó.
Y dejó tan solo al vacío... acompañado de la onerosa ausencia.
Aquel cúmulo de palabras y emociones hoy perdidas hablaban sobre el miedo a las alturas, sobre el hecho de engarzar en oro las alas del pájaro y no ser capaz de ascender de nuevo al cielo... hablaban sobre una experiencia personal vivida hace algunos años en una atracción, hoy ya clausurada, ubicada en el centro de la metrópoli en la que en aquellos momentos residía esperanzada... hablaba sobre cómo una altura imprevista me jugó una mala pasada... hablaba, como todo en esta ventana, de la vida, de la motivadora existencia y, como no podía ser de otra forma, de sus puntuales desolaciones y amarguras.
Os contaré que una vez superado el ardor inicial provocado por el aún hoy incomprensible extravío literario, ardor fruto de la incredulidad más absoluta por la pérdida, y que tras derramar lágrimas de pena por la impotencia y la falta de entendimiento... mi mente, exhausta, asumió que se había ido para siempre. Entendí que nada estaba en mi mano, asimilé que, como en la vida misma, se presentan muchas ocasiones en las que ciertas pérdidas nos obligan a empezar de nuevo, ha remontar el vuelo y a desplegar nuestras fortalezas dando a cada situación la importancia que se merece... reconstruirnos siendo capaces de no engarzar nuestras alas de pesados oros innecesarios... pudiendo así ascender, una vez más, a los cielos de los que nunca debimos salir.
Todo lo importante es irremplazable, pero recordé que precisamente por eso, podía reemplazar aquel vacío con algo igualmente irremplazable... así que aquí me veis, concediéndole a la situación la justa relevancia y supliendo el ahora menos vacío con un nuevo pensamiento fruto de mi vuelo, haciendole frente a miedos e incertidumbres vacuas.
En la soledad de mi salón, acompañada únicamente por el ruidoso ventilador que me refresca desde hace meses cada madrugada... día tras día... me percato de que, curiosamente, donde hoy debía haber otras palabras escritas frente al lector, donde originariamente rezaba DÍA 57, donde hablaba de alturas y temores... hoy hay un texto absolutamente diferente, pero resultado sumatorio de los pensamientos que le anteceden en el DÍA 56 y que le preceden con el DÍA 58... pues esto que hoy extraigo de mis profundidades más afligidas y reveladoras, es suma de CATARSIS y de SUEÑOS, LOCURA E INSPIRACIÓN (donde medito sobre el abandono de las musas motivadoras). Sorprendida desenmascaro, como por arte de la más asombrosa magia, que ésto que hoy arrojo como purga a mis sinsabores de creación quebrantada es el resultado de dos pensamientos escritos ya hace tiempo... probablemente el destino juega conmigo de una manera sutil y maravillosa.
Me justifico pensando que todo pasa por algo... y eso, más allá del entendimiento, logra calmar mi desazón... y reconfortar mi alma.
Concluiré mi exposición emocional alegrándome de que, aunque los pensamientos escritos no son irremplazables, pues ninguna catarsis puede asemejarse a otra, al menos sé que las palabras, las reflexiones y las emociones sí pueden ser reemplazadas, es el inmenso poder de las capacidades flexibles de la mente humana. Está únicamente en nuestra mano el cambio de perspectiva.
Así que hoy, armada de valor, en la negrura de esta noche aún inconclusa... podéis verme escribiendo un volcado emocional... intentando no suplir la ausencia ya asumida sino únicamente descargar un poco el peso de la pena y la frustración (ahora ya dimensionadas en su justa medida e importancia).
Y ahora, menos frustrada por la impotencia contenida en algunos pensamientos lineales recogidos al inicio, me encuentro ante el teclado finalizando este imprevisto DÍA 57... logrando mitigar la tristeza que supone saberse desprendida injustamente de algo creado en las profundidades de la noche... evidenciandome a mí misma una vez más, que superar los retos imprevisibles es lo que nos engrandece y que, irónicamente, es precisamente en estas pequeñas e inesperadas sorpresas donde radica la base y el entrenamiento para hacer frente a lo que, inevitablemente, la vida nos traerá de manera mucho más seria.
___________________
AYER, SÚBITAMENTE, LA ENTRADA QUE TENÍA PREVISTA PUBLICAR PARA EL DÍA DE HOY...
¡DESAPARECIÓ!
... FRUTO DE LA DESESPERANZA MOMENTÁNEA ESCRIBÍ EL TEXTO QUE ACABAS DE LEER.
DEJADO ATRÁS EL LASTRE DE LA FRUSTRACIÓN...
¡SEGUIMOS CON 12:45PM!
AYER, SÚBITAMENTE, LA ENTRADA QUE TENÍA PREVISTA PUBLICAR PARA EL DÍA DE HOY...
¡DESAPARECIÓ!
... FRUTO DE LA DESESPERANZA MOMENTÁNEA ESCRIBÍ EL TEXTO QUE ACABAS DE LEER.
DEJADO ATRÁS EL LASTRE DE LA FRUSTRACIÓN...
¡SEGUIMOS CON 12:45PM!
4 comentarios:
Y no pasa nada. Fastidia mucho que las cosas no salgan tal cual las programamos pero una de las cosas importantes para ser feliz es saber sobreponerse a los imprevistos y a los golpes que nos da la vida.
¿Y sabes qué? A mí me gusta la frescura, la espontaneidad, lo que nos sale del alma, más desgarrado, auténtico.
Así que por mí, bienvenida tú volcada emocionalmente.
biquiños,
¡¡HOLA ALDABRA!! Te echaba de menos :).
Efectivamente, el mundo de las emociones... algún día hablaremos de ello, es normal sentir tristeza inicialmente por la pérdida y rabia despues por la injusticia de haberlo perdido sin merecerlo... pero pasadas esas fases... llega el momento de actuar.
El problema está cuando uno se queda estancado en la emocion que no debe... ahi empieza el lio interior.
Así que bueno, aunque no era la entrada que tenía prevista (y me da pena, proque la que tenía planificada iba a gustar a alguien que quiero mucho...), otra vez será, y si tenía que perderse en el ciberespacio.. asumamoslo y a seguir, ¡que el mundo sigue girando!.
Un beso muy grande y ¡que tengas un días maravilloso!
Cuando he leido tu relato(no cuento) de hoy, ¡ Dios! como me he sentido!Más de una vez me ha ocurrido. Y lo peor es que se cumple; que ocurre cuando más y mejor tienes un trabajo, tema, investigación....Es terrible lo que en ese momento te pasa por el cuerpo. Pero cierto es que lo superas. Por eso aún estamos aquí, continuando y pasado el tiempo crees que aquel mal momento ya como que se difuminó. Pero SER, FUE, y PASÓ...Algún dia llegará que estas líneas, redes, pongan remedio a que estas cosas no sucedan. Mientras....Uffff. Qué mal trago!!!!!.Ah; la primera imagen refleja a la perfección lo que se siente en ese momento.
¡ ANIMO!!!
Hola M.G., bienvenida de nuevo. Efectivamente cuando a una le pasa algo así se tira de los pelos y sufre una temporal posesión demoniaca :)... Menos mal que con calma y con tranquilidad al final se entra en razón y se ve que no hay mal que por bien no venga... realmente y hay cosas peores que esas en la vida ;).
Un beso enorme y buenas noches!!
Publicar un comentario