martes, 4 de septiembre de 2012

DÍA 42: Asesina con esdrújulos



Ella asesinaba palabras a altas horas de la madrugada.
 
Con pulso de experimentado cirujano iba, una a una, desarticulando términos para después,
con insolente desprecio,
desecharlos.
 
Asesinaba verbos y adjetivos con descorazonado convencimiento, y,
cuando el crepúsculo la envolvía, ella, homicida literaria, ensangrentaba folios de nívea pureza.

Despedazaba oraciones con el único deseo de ajusticiar el entendimiento.
Meticulosa.
Despiadada.
Arrogante.

Con la aurora, cuando el ardiente sol sangriento desvanecía  la claridad inspiradora,
ella emergía desde las profundidades carcelarias de sus cuartillas y 
apagaba delicadamente la bombilla...
... recogiendo su arsenal de plumas, bisturís y evidencias incriminatorias...

... posponiendo el trabajo sucio hasta la nueva llamada del ocaso,
pues era, contra todo pronóstico,
asesina con esdrújulos libertarios.

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