Os cuento que lo que hace días parecia ser una mala estrategia por mi parte para animarla, finalmente resulto ser un plan motivacional meticulosamente planeado por su lado... lo cual, como suele ser habitual, nos llevó (especialmente a mi) a una aventura urbana de esas que cada vez que uno la recuerda, no puede dejar de sonreir mientras desea salir corriendo y compartir con alguien el recuerdo.
Todo empezó a primera hora de la mañana. Vino a buscarme con los primeros rayos de Sol subida a un ciclomotor antiguo, ruidoso, destartalado y con sidecar... aunque, no lo negaré, daba a la escena una aire retro bastante atractivo y curioso.
Traía puestas unas gafas de aviador y un casco marron de esos que se mantenían fijados en su lugar correcto gracias a unas orejeras de cuero que se ataban bajo la barbilla. Definitivamente, escenificaba una imagen imposible de olvidar en la retina (algunos vecinos incluso corrieron a por sus cámaras fotográficas, aunque inmortalizaron la escena escondidos tras sus ventanales... por lo que pudiera pasar).
Por supuesto ella tenía tambien guardada mi equipación completa, un mono de cuero curtido y otro casco antediluviano.
No perdí el tiempo. Me vestí allí mismo, lo más rápido que pude, y me subí al sidecar como alma que lleva el diablo...
Arrancó el ciclomotor estrepitosamente y, mientras dejábamos a nuestras espaldas una estela de humo y gas me gritó enérgica sin dejar de mirar al frente...
Conté 20 carteles en total.
¿Imagináis entonces mi reacción?... Efectivamente... profundo suspiro... mirada de condescendencia y... ¡a por ello!... al fin y al cabo la idea no era tan mala... y mi mañana, antes de su llegada, se presuponía enormemente tediosa...
Todo empezó a primera hora de la mañana. Vino a buscarme con los primeros rayos de Sol subida a un ciclomotor antiguo, ruidoso, destartalado y con sidecar... aunque, no lo negaré, daba a la escena una aire retro bastante atractivo y curioso.
Traía puestas unas gafas de aviador y un casco marron de esos que se mantenían fijados en su lugar correcto gracias a unas orejeras de cuero que se ataban bajo la barbilla. Definitivamente, escenificaba una imagen imposible de olvidar en la retina (algunos vecinos incluso corrieron a por sus cámaras fotográficas, aunque inmortalizaron la escena escondidos tras sus ventanales... por lo que pudiera pasar).
Por supuesto ella tenía tambien guardada mi equipación completa, un mono de cuero curtido y otro casco antediluviano.
"La seguridad ante todo. Nuestra expedición de hoy conlleva enormes riesgos"
No perdí el tiempo. Me vestí allí mismo, lo más rápido que pude, y me subí al sidecar como alma que lleva el diablo...
Arrancó el ciclomotor estrepitosamente y, mientras dejábamos a nuestras espaldas una estela de humo y gas me gritó enérgica sin dejar de mirar al frente...
"¡Mira dentro de la alforja que tienes a tu espalda!.
¡Vamos a alquilar y regalar varias cosas que encontré perdidas en el desván. Yo tengo de sobra y seguro que otros pueden beneficiarse de ellas. Les daremos la oportunidad de alquilarlas o comprarlas, para que se sientan libres en su uso!.
¡Hace tiempo que he percibido que a mucha gente le faltan estos elementos y, para tenerlos yo en casa cogiendo polvo, prefiero compartirlos de esta manera!.
¡¡Agárrate que aceleramos!!"
Conté 20 carteles en total.
¿Imagináis entonces mi reacción?... Efectivamente... profundo suspiro... mirada de condescendencia y... ¡a por ello!... al fin y al cabo la idea no era tan mala... y mi mañana, antes de su llegada, se presuponía enormemente tediosa...
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4 comentarios:
Muy original. Todos los dias nos das un original motivo de pensamiento. El vídeo fantástico, con mezcla de sentimientos y buena moraleja final. Reflexión.
¡Muchas gracias por tu comentario!
Ver que os gusta lo que plasmo en esta pequeña pantalla me anima a seguir con la exposición personal de maneras de ver la vida y vivencias personales.
¡Un abrazo muy fuerte!
Me ha gustado mucho tu post y el video, refleja muy bien que en la vida no es bueno cerrarse ante las dificultades y lo que se "supone" que debemos ser y que en el camino encontraremos ayuda para ser lo que realmente queremos ser.
Me encanta leerte todos los días, muchos besos.
¡¡Muchas gracias por tu comentario Olga!!
Efectivamente los tiempos actuales no son fáciles, pero no son los primeros ni los últimos, son los que nos ha tocado vivir y por ello debemos vivirlos de la mejor manera posible. Creo que, como bien reza el subtítulo del Blog "compartir e intercambiar vivencias enriquece a quien las regala y a quien las recibe", todos tenemos talentos y valores, solo que a veces nos cerramos en no compartirlos (por miedo, inseguridad o egoismo, entre otros motivos) y es precisamente en este intercambio donde reside (entre otras cosas) el cremcimiento personal y conjunto.
Tener la mente abierta a otras posibilidades de vida es siempre bueno... al fin y al cabo ¿quién dijo que solo existía una única manera de vivir?
Me alegra mucho que lo que lees cada día te guste, espero que siga siendo así y sigamos compartiendo las vistas por mi ventana.
¡Un beso muy fuerte y feliz día!
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