"Cierro los ojos y... ¡¡SOPLO CON FUERZA LAS VELAS!!..."
¡Y tanto que sopló con fuerza! Los vasos y platos de plastico que habíamos acondicionado en la mesa del jardín tan "cumpleñadamente"... salieron volando, junto al mantel... lo de la tarta no me preguntéis... fue como esos trucos, casi mágicos, en los que alguien tira del mantel enérgicamente y todo se mantiene en pie, como si nada hubiera pasado, sobre la mesa...
Creo que el poder de su soplido residía en el ansia infinita con la que soñaba sus deseos para ese día... el día de su cumpleaños.
El resto de la historia podéis intuirla... brindis... tarta... brindis... bailes... brindis... risas... brindis... juegos... brindis... confesiones... brindis... regalos... brindis................... creo que. no recuerdo más... suelo pecar de amnesia cuando su alegría contagiosa embriaga mis sentidos...
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¡¡FELIZ AUTOCUMPLEAÑOS!!
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