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En ocasiones respondo entrevistas ajenas.
Me pasa desde hace mucho tiempo, tanto que ni recuerdo la primera vez que comencé, por determinación propia, a responder preguntas que no me correspondían.
Me pasa desde hace mucho tiempo, tanto que ni recuerdo la primera vez que comencé, por determinación propia, a responder preguntas que no me correspondían.
Manías que tiene una, qué le vamos a hacer.
Me lo tomo como un juego con reglamentación implícita de gran seriedad, aportando coherentes respuestas a la nada o, en el mejor de los casos, a mi propia inquisición, pues el interlocutor que cuestiona es al mismo tiempo compartido con el real entrevistado... a quien dedica el 100% de su atención e interés e ignora completamente mis ansias de aportar respuestas a preguntas con otros dueños.
Nunca me importó ser ignorada por el colocutor, yo soy feliz simplemente dando respuestas al aire... estoy convencida de que el viento las llevará tarde o temprano a buen puerto.
Mi capacidad para autodirigirme preguntas ajenas es amplia y polivalente, igual respondo a cuestiones transmitidas por medio grafico, sacadas de algún periódico o revista que esté leyendo con avidez concentrada, o a las compartidas por medio audiovisual, ya sean preguntas robadas a alguna entrevista televisiva de alto alcance o a través de las ondas sonoras emitidas por un programa radiofónico. No soy demasiado exquisita en esto, lo importante es responder... cuanto más, mejor.
Quizás sea puntualmente maleducada, pues respondo rápida antes de que el real encuestado pueda emitir palabra, suelo tener la sensación de barullo apalabrado y a veces no me entero ni de lo que digo yo ni de lo que responde el individuo sondeado a la cuestión lanzada. Llamémoslo efecto secundario al rapto interrogante.
Las preguntas que más me gustan son aquellas de respuesta fácil de primera oída, esas que uno sabe de antemano qué responderá el famoso de turno entrevistado. Éstas, junto con las preguntas sobre cómo vivir la vida, son mis favoritas, pues hacen que exprima con agilidad respuestas creativas que sorprenda a mi nulo público... al menos me quedo con la satisfacción de haberme sorprendido a mi misma... que no es poco.
Así pues, dejo aquí constancia de que me atribuyo entrevistas ajenas, que no tengo por el momento intención alguna de cambiar este mal hábito y que, al margen de lo que esté establecido en el código de buenas conductas, animo a todos a que respondan preguntas lanzadas a terceros pues los beneficios de este sencillo juego son múltiples y, además, se ríe uno muchísimo... sobre todo de sí mismo, que falta nos hace.
Quizás sea puntualmente maleducada, pues respondo rápida antes de que el real encuestado pueda emitir palabra, suelo tener la sensación de barullo apalabrado y a veces no me entero ni de lo que digo yo ni de lo que responde el individuo sondeado a la cuestión lanzada. Llamémoslo efecto secundario al rapto interrogante.
Las preguntas que más me gustan son aquellas de respuesta fácil de primera oída, esas que uno sabe de antemano qué responderá el famoso de turno entrevistado. Éstas, junto con las preguntas sobre cómo vivir la vida, son mis favoritas, pues hacen que exprima con agilidad respuestas creativas que sorprenda a mi nulo público... al menos me quedo con la satisfacción de haberme sorprendido a mi misma... que no es poco.
Así pues, dejo aquí constancia de que me atribuyo entrevistas ajenas, que no tengo por el momento intención alguna de cambiar este mal hábito y que, al margen de lo que esté establecido en el código de buenas conductas, animo a todos a que respondan preguntas lanzadas a terceros pues los beneficios de este sencillo juego son múltiples y, además, se ríe uno muchísimo... sobre todo de sí mismo, que falta nos hace.
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4 comentarios:
No creo que sea raro en tí descubrir manías, te comparto que me pasa lo mismo con diferentes obsesiones, como por ejemplo terminar cada movimiento en impar, y también contesto cuando no me preguntan a mí creo que es bueno, es como tener información que huye de nuestra mente...
¡¡Hola Isabella!! Bueno, yo no lo considero especialmente una obsesión, si alguna vez no contesto una entrevista ajena no pasa nada ;). De hecho suelen ser más veces las que no lo hago que als que sí, y a veces solo lo hago con preguntas concretas, no con toda la secuencia de la entevista.
De todos modos, las preguntas que contesto siempre son aquellas lanzadas cuando el verdadero interlocutor no esta delante, por ejemplo, preguntas a figuras conocidas socialmente que las entrevistan por radio, prensa o televisión, jamás respondo preguntas que no son para mi en una conversación de la que forme parte... al menos en esto soy educada ;).
Un besazo ENORME, espero que tengas un día MAGNIFICO!!
Me gusta el juego que nos has propuesto.
En realidad creo que lo hemos practicado en alguna ocasión sin saber que estábamos jugando.
Me gusta mucho la capacidad que muestras en ocasiones de sintetizar comportamientos comunes e incluso elevarlos a, quizás, grandiosos.
Un Saludo.
¡Como me algra saber que no soy la única que juega con la vida! ;)
¡¡Un beso ENORME!!
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