jueves, 30 de mayo de 2013

DÍA 310: La parada de autobús

http://eurolocarno.es/invento/marquesinas-para-paradas-de-autobus.25/

Absorta en sus pensamientos ni siquiera se dio cuenta de que el autobús ya había pasado en dos ocasiones frente a ella.

Aquel autobús, el número 6B, conocido popularmente como El de Extrarradio, estaba asignado a la línea amarilla del mapa de rutas de transporte público de la ciudad. 

Tenía impresa, en ambos lados y de reflectantes colores neón, una llamativa publicidad sobre algo relativo a nuevas tecnologías, lo que hacía realmente difícil no llamar la atención de transeúntes y viajeros. Sin embargo ella, sentada bajo aquella estructura abierta de metal y cristal irrompible, ya había perdido su turno en dos ocasiones...

... y probablemente sumaría una tercera pérdida adicional, tal y como se presentaban las cosas.

La gente fluía ágilmente a su alrededor, algunos llegaban, otros se iban y muchos simplemente se quedaban subidos en el autobús esperando a desembarcar en su parada.

Pero ella continuaba mirando al frente. Absorta en sus pensamiento y dejando perder un autobús tras otro.
http://www.fotosyimagenes.com/de/autobus/page/6/

Sobre las 2:18pm se bajó un anciano del 6B, más conocido como El de Extrarradio. Regresaba de su cita semanal con el médico de cabecera, venía de un chequeo rutinario con su doctor de confianza... eran ya muchos años los que llevaba visitando a aquel individuo al que le daban ya ganas de invitar a la cena de Navidad, pues lo veía al año más veces que a muchos de sus familiares más cercanos.

Aquel hombre de edad avanzada se había fijado por primera vez en la joven ausente cuando había estado esperando, horas atrás, a que llegara el transporte que lo acercaría al Centro de Salud. Sobre las 2:18pm, mientras descendía con cuidadosa parsimonia los dos escalones que lo separaban del suelo, para nerviosismo del conductor del autobús, volvió a reparar en aquella mirada ausente bajo el techo de metal de la marquesina.

Tal vez se sintiera identificado, tal vez la sensibilidad y empatía que solía sentir por jóvenes extraviados en la vida o, simplemente, porque no tenía mucho más que hacer el resto del día, hicieron que una vez alcanzara la acera caminara con paso firme y calculados movimientos hacía la joven concentrada.

Se sentó cerca de ella, dejando un espacio libre entre ambos. No quería asustarla tan precipitadamente... pues por lo que sospechaba el susto vendría al final de la conversación.

La charla fue breve. Ella buscó desesperada una ayuda en aquella cara repleta de arrugas y sabiduría... él en cambio no buscaba nada, a esas alturas de la historia de su vida sabía que todo lo que tenía que buscar lo había hallado ya, ahora simplemente daba luz a los demás para que pudieran recuperar el mapa de su existencia.

No tuvo que hablar demasiado pues la joven iba llegando sola a la conclusión de su pérdida bajo aquella parada de transporte público.

http://spain.urbansketchers.org/2011_03_01_archive.html

Pasaba de nuevo El de Extrarradio cuando, sollozando, declaró que llevaba horas esperando al 4B, más conocido como La Saqueadora pues su parada final era un gran Centro Comercial que hacía las delicias de comerciantes y banqueros sin escrúpulos. Sentía que había perdido más de dos horas sentada en aquel diminuto e incómodo asiento voladizo esperando a que el 4B pasara y se detuviera frente a ella... probablemente sus amigos se habrían cansado de esperarla al otro lado de la línea y ahora se sentía sola y desconsolada.

El anciano quiso reorientarla y le preguntó por qué no tomó cartas en el asunto antes de llegar a ese punto sin aparente retorno, ella tan solo le dijo que las opciones eran nulas, sin teléfono, con el dinero justo para La Saqueadora y ahora con solo hora y media sobrante para que dieran las 4:00pm en su pequeño reloj de pulsera, hora en que debía retomar el camino hacia casa.

Sorprendido, el anciano le dijo que nunca los problemas tienen una única vía de salida y giró su cabeza con calma hacia atrás mostrándole un gran mapa de carreteras de la ciudad, lleno de líneas de bonitos colores y en cuya esquina inferior izquierda podía observarse la leyenda que interpretaba los recorridos y las paradas de cada autobús... la joven abrió los ojos con gran sorpresa, nunca había reparado en aquella gran brújula de tránsitos y trasbordos... ¡tan cerca tenía la solución!.

Se puso en pie el anciano y dio dos pasos hacía el exterior de la marquesina... animó a la joven a que le siguiera y, alzando la mirada, le mostró sobre el techo un gran cubo de metal pintado de amarillo donde podía leerse en marcadas letras 6B (alguien había trepado y había añadido El de Extrarradio es el del barrio), comprendía la joven que las señales de su error eran numerosas cuando notó cómo el anciano de arrugas en la cara le señalaba suavemente con el dedo a un guardia urbano que estaba en la esquina mirando despreocupado el transitar de vehículos... esperando quizás a que alguien le preguntara cómo llegar a su destino. Desde aquel punto la joven se percató que tras la marquesina había una pequeña cafetería en cuyo ventanal podía leerse "LLAMADAS GRATIS"... "la crisis..." pensó, lo que ella no sabía es que los dueños decidieron ofrecer gratuito al público su red de comunicación tras un crítico incidente en la parada de autobús con un anciano que regresaba pausado de su consulta semanal con el médico de cabecera de toda la vida.

De pronto, como si fuera la protagonista de un desconcertante truco de magia, todo a su alrededor eran señales que le llevaban a solucionar el problema que durante horas había rumiado ensimismada sentada indefensa bajo aquella marquesina, aislada en una urna de metal y cristal irrompible que bloqueaba su búsqueda activa de puntos de vista que le llevaran a reencontrar el camino. 

A veces un simple giro de perspectiva o moverse del lugar en el que tanto tiempo se ha quedada parada la lucha por la vida hace que hallemos, espontáneamente, la luz del oscuro túnel en el que nos encontramos.

Comenzaba entonces la joven a comprender que ella misma era la que había provocado la pérdida recurrente de su autobús, de su día, de su alegría y del tiempo de los amigos que la habían estado esperando al final de la línea... justo en la puerta de La Saqueadora.

Descubrió que las situaciones imprevistas llegan sin esperarlas, que perderse es muy sencillo en esta vida preparada para ponernos a prueba con infinitos trampantojos para una mente cómoda y sin experiencia... pero descubrió, con más claridad que nunca, que las soluciones son enormes, que tal solo hay que levantar la mirada, el ánimo y la fortaleza, las respuestas están a nuestro alrededor descubrirlas depende tan solo del interés que tengamos por hallarlas y asumirlas.

Cuando recobró el sentido tras aquel viaje reflexivo que había disfrutado de pie en medio de la acera... para refunfuñe nuevamente del conductor del 6B que veía a cada vuelta cómo aquella joven fuera de sí entorpecía la subida al autobús, se percató de que el anciano había desparecido de su lado, no había rastro de él, tan solo encontró caído a sus pies un pequeño trozo de papel donde alguien con pulso agitado había garabateado "No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos".

Sonrió complacida y comenzó a caminar de nuevo hacia casa, pues era tarde ya, mientras pensaba en las tres tareas que conformarían el broche de oro para aquel día tan peculiar y revelador... 1. Disculparse con sus amigos y compartirles la experiencia, 2. Elaborar un listado de los problemas que le quitaban el sueño cada día y buscar nuevos puntos de vista para solucionarlos de una vez por todas, 3. Buscar a quién correspondían aquellas palabras impresas con mal pulso sobre el papel arrugado... pues en alguna parte de su memoria retumbaban con fuerza y sabía que no pararía hasta encontrar la respuesta a aquel eco... tal y como había aprendido a hacer esperando al de Extrarradio.

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso cuento el de hoy.

Buena enseñanza.

Muchas gracias.

Un abrazo.

M.G dijo...

Tiene que ser angustioso encontrarse en esta situación.

No ha sido mi caso pero sí he conocido y vivido con personas que se podían adaptar a este patrón y ví que eran todo menos felices.

El abanico tiene muchas barillas. La vida también.

Abrir los ojos no significa dejarlos fijos en una dirección. Los ángulos son muy importantes para ampliar horizontes que enriquecen.

Feliz viernes a ti y a todos los que te siguen.

Unknown dijo...

Hola Anónimo, gracias por asomarte por esta ventana. Me alegra muchísimo que te haya gustado, espero verte más por aquí, eres muy binvenido a mi casa.

Un fuerte abrazo y FELIZ VIERNES.

Unknown dijo...

Saludos M.G., sí, yo creo que en mayor o menor medida todos nos hemos topado con personas con esta actitud. Actitud que llega a convetirse en rasgo de personalidad al no poner remedio a tiempo, es una conducta aprendida muy facilmente incrustable.

Ojalá se dieran cuenta que con voluntad, positividad y fortaleza (y saliendo de la zona de comfort más veces de las que a ninguno nos gustaría) todo cambia de perspectiva y aparecen las deseadas soluciones.

Lo que suele suceder en al mayor parte de las veces es que los miedos a lo que surgirá con ese mvimiento han sido tan agrandados que se quedan bloqueados y no hacen finalmente nada. Inhibición aprendida se llama en ocasiones.

En fin, divagaciones de madrugada. Ojalá entre todos logremos mover a parte de esa masa inmovil y mejorarles un poco la vida... que es corta y pasa volando ;).

UN abrazo muy fuerte y FELIZ VIERNES.

Mr. M dijo...

Gran filosofía de vida! Y sin embargo, quien más y quien menos termina cayendo en el error de revolcarse en sus problemas en lugar de mirarlos desde fuera y con otra perspectiva.

Me ha gustado mucho.

Unknown dijo...

¡¡Gracias Mr. M!! Me alegra que te haya gustado. Cuentos de la vida diaría podríamos llamarlo ;).
Un abrazo muy fuerte y feliz Martes.