miércoles, 7 de agosto de 2013

DÍA 379: VENTANA II [JAIME]*

* En el DÍA 365: ¡¡UN AÑO DE VIDA!! Jaime decidió unirse al reto de describir a 12:45pm con una sola palabra, él lo hizo con dos. Los términos elegidos fueron BREAK y VENTANA, hoy la salida está dedicada a Jaime y su segundo desafiante VENTANA... sin embargo, y dado que Jaime es lector y colaborador habitual, intenté sorprenderle y decidí dividir la historia en VENTANA I y VENTANA II. Este DÍA 379 se centra en VENTANA II... 
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Jaime estaba sentado, tranquilo y cómodo, en su sillón favorito junto a la ventana que daba hacia la frondosidad del parque. Era la única ventana de la casa que apuntaba al exterior y esa característica había hecho del tranquilo rincón su lugar preferido para dejar pasar las horas... con total abandono del reloj y sus constantes espasmos sonoros.

Era pleno mes de Agosto y desde aquella posición privilegiada podía recibir la tímida brisa que lograba escaparse de la caída aplastante del sol de mediodía, además, su previo y airoso paso entre las frondosas ramas del bosque urbano convertían en refrescantes soplos de aire fresco al viento caluroso del verano en la ciudad, por lo que aquellas horas perdidas en el sillón resultaban siempre ser minutos de vida ganada al estrés de las grandes urbes.

Leía Jaime concentrado un libro cualquiera que había elegido al azar para esas vacaciones insustanciales. Pasaba tranquilo las hojas, concentrado y acompañado tan solo por una distinguida banda sonora de fondo... la que regalaba el siseante calor del asfalto de la ciudad en verano.

http://www.huffingtonpost.com/2010/05/05/why-men-dont-read-books-s_n_564492.html

Fue de repente que se coló por la ventana, sin previo aviso y sin provocar un mínimo de ruido que anunciara su llegada prematura... lo que desencadenó el inesperado sobresalto del concentrado y sosegado lector de estío.

Aterrizo, preciso y delicado, en la página 25 que Jaime leía con esmero e interés. Y ahí se quedó, estático, pasivo y retante.

Jaime parpadeó incrédulo... varias veces consecutivas, dando paso a continuación a dos o tres miradas furtivas hacia la ventana que se abría junto al reposabrazos de su cómodo sillón. Sin lugar a dudas, no existía en toda la ciudad habitante más consternado e incrédulo que él aquella tarde de verano sofocante.

Aún con el libro en la mano y manteniendo en equilibrio al intruso recién llegado a su interesante página 25, Jaime se puso en pie y asomó la cabeza por el marco de la ventana, miró en todas direcciones, negó con la cabeza absolutamente confundido y retornó nuevamente a su postura de sedentario lector apartado imprevisiblemente de su entretenimiento.

Era imposible. Por más vueltas que le diera no lograba comprender cómo era posible que aquel pequeño avión de papel se hubiera colado por la única ventana que daba al exterior en su 10º piso ubicado en la periferia de la ciudad. Imposible. Complementamente.

http://www.fondobook.com/fondo-de-pantalla-avion-de-papel-hd/2188/

Dudó algunos segundos pero finalmente la curiosidad le pudo. Tomó el pequeño avión con sus nerviosas manos, lo giró, lo miró con desmesurada atención, analizó todos y cada uno de los pliegues y lo comenzó a desarmar intrigado.

Cuando logró deshacer aquella maravilla de la papiroflexia pudo ver, con absoluta claridad y perfección, el contenido del volátil intruso de media tarde... era un sueño, claramente era una fantasía de futuro regalada... un proyecto por ejecutar, una aspiración y un anhelo en toda regla.

Leyó su contenido con emoción desorbitada... cada palabra, cada letra, brillaba con tal fulgor que necesitó entornar los ojos en varias ocasiones... sin embargo, era una ensoñación tan real, tan deseada en su vida que no pudo evitar sentir cómo su corazón se aceleraba descontrolado... especialmente cuando llegó al último renglón, donde se podía apreciar claramente un pequeño dibujo en tonos azulados, compuesto por un bonito conjunto de tuercas ensambladas perfectamente y un frágil, pero seguro, dedo índice que las rozaba... como queriendo provocar un efecto encadenado que pusiera en movimiento aquel ensamblaje... como queriendo provocar el inicio de todo un proceso que llevara a Jaime a conseguir su sueño recién robado..

"CREE EN TI MISMO"... se podía leer con claridad junto al conjunto de ruecas a punto de ser puestas en movimiento.


No le importó a Jaime de dónde venía aquel sueño hecho avión de papel, si había cruzado el charco o si pertenecía a su vecino del piso de arriba (ese que ensayaba cada atardecer y, sin duda, imaginaba cada noche convertirse en estrella del rock si la suerte y algún que otro buen contacto lo ayudaban en el camino), no le preocupaba absolutamente nada a quién perteneciera aquel sueño extraviado... esa tarde, Jaime, se fue a dormir con un nuevo deseo escrito en su libro de pendientes... en el mismo libro que dejó descansar, por una noche, sobre el sofá junto a la ventana que daba al parque.

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