jueves, 15 de mayo de 2014

DÍA 659: 80.000 o UN CUENTO REAL (CASI) (TOM&GARI)

Sonó. Un día más, sonó. Y…
Por la mañana, al abrir los ojos…,  pero no, no los de la cara, aunque esos también,  más bien los ojos de la consciencia tras un periodo de ensoñaciones nocturnas, esos ojos que te trasladan a la realidad del nuevo día, sentí una rara sensación nunca jamás sentida que  de pronto tomó forma y nombre: “LOTERIA”.
Jamás me dejé tentar por estos azares. Siempre pensé que eran pobres de espíritu los que  practicaban estas ilusiones. Simples. En el fondo me daban lástima.
Y  de pronto me invadió algo muy extraño. Era algo nunca vivido. Unas sensaciones  como de un torrente de  fuego tan intensas que me envolvían todo mi cuerpo. Eran como si por mis venas, nervios y tendones pasara un caudal de savia  incontrolado. En realidad no sé muy bien como expresar lo que sentí. Pero sí sé que esto no era normal.
Noté un cuerpo y un alma interior incontrolados y pensé en un presagio de buena suerte que quizás el azar en el que nunca creí me venía a visitar.
Compuse mi cuerpo como pude y salí a la calle en busca de mi primer boleto de lotería de mi vida. No fue difícil. La administración de boletos la tenía a pié de portal.
Observé y leí: “Primer premio en el sorteo del sábado 80.000 euros“.
Miré los números que quedaban y vi el numero 80.000. Vaya que casualidad. Lo compré.
Era jueves. Salí con una sensación de buen presagio. No me castigué por haber caído en el pecado que siempre fustigué. Es más, casi me sentí redimido.
Soñé y soñé. Soñé en pagar las muchas deudas contraídas y por soñar no me sentí mal. Y cuanto más soñaba mejor me sentía. Estaba pletórico de energía. Sonreí más que nunca. Me comuniqué como nunca lo había hecho. Planes de futuro y euforia. Así viví el jueves y el viernes y el sábado hasta el momento del sorteo.
No me fustigué en ningún momento por haber sucumbido al opio del pueblo, a  la ilusión, a la esperanza. Sentí enormes ensoñaciones y vivencias a flor de piel. Muy Profundas.                       
Salió el nº premiado: 80.001.
Vaya, por uno no es el mío. Lo pensé sin rabia y sin acritud. Pero me invadió un temblor de esperanza por todo el cuerpo jamás vivido y pensé que hoy no ha sido pero se puede seguir tentando a la suerte. La esperanza y el seguir laborando por ella es el mejor regalo que el día al nacer nos ofrece y sin pedir rédito al cambio. Continuaré.    

http://inversorinteligente.es/wp-content/uploads/diagrama-de-la-suerte-bucay2.jpg



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