viernes, 28 de diciembre de 2012

DÍA 157: [DIARIO NAVIDEÑO 8] Congelando el momento

Tendrían aproximadamente quince años cada uno y a sus espaldas cargaban una pesada mochila de ilusiones, esperanzas, incertidumbres y alegrías. Cualquiera que dedicara unos minutos a observarles mientras conversaban animadamente podría percatarse de que eran jóvenes de gran personalidad y buen fondo... eran amigos de esos que, a primera vista, parecía fueran a compartir el camino de la vida dándose apoyo mutuo sin excepción ni discontinuidad.

Pero se equivocarían en sus predicciones.

Habían pasado muchos años, probablemente demasiados,  cuando a ella súbitamente le vino a la memoria su cara, había quedado congelada en su memoria como si fuera un cuadro pintado bajo pulcras técnicas de realismo pictórico, una silueta borrosa con mirada y semblante nítido perdidos en un paraje de montaña, envueltos entre cumbres, caudalosos ríos y una inquietante e histórica construcción antigua donde un nutrido grupo de jóvenes pasaban las vacaciones. Aquella imagen había quedado grabada por siempre en su recuerdo... bajo las estrellas de Agosto y en el calor agradable de un paraíso sin agobio y sin tiempo, ambos pasaban las noches descifrando la vida, tejiendo sueños de futuro y descubriendo las piezas que la existencia, caprichosa, escondía en misteriosos rincones a la espera de ser descubiertas para facilitar algunas claves que ayuden a entender la vida adolescente y adulta.

Se entendían, eran buenos amigos, de esos en los que se confía con sinceridad y se espera puedan, a lo largo del avanzar vital, buscar su ayuda en momentos de subida y su risa en momentos de cómodo descenso.

Pero se equivocaban en sus augurios.

La vida es caprichosa y si no se mantiene la alerta y el cuidado constante se corre el riesgo de bajar la guardia y, sin que uno se dé cuenta, sin que sepa cómo ha pasado, pierde las sendas que durante años se comparten... y eso precisamente es lo que a ellos les sucedió.

Habían pasado más años de los que tenían cuando se conocieron y a ella, misteriosamente, le vino a la cabeza su imagen. Recuerda que durante los primeros años de la inexplicable pérdida ella había llevado a cabo diferentes intervenciones teniendo como objetivo su localización (como hubiera hecho un detective de galón y alta tarifa). Sus esfuerzos tuvieron escaso éxito, aunque descubrió que él se había casado, que vivía en la capital del país y que había sido padre... las escasas noticias que había logrado obtener con su detectivesca indagación al menos le habían llenado de alegría, pues intuía que había alcanzado una vida feliz. 

Aquellos primeros años de investigación solía imaginar que él estaba haciendo lo mismo desde el recóndito lugar en el que se encontrara y que quizás, alguna vez el destino cruzara de nuevo sus caminos y pudieran tomarse el deseado café al resguardo de un local sin tiempo para ponerse al día de todo lo vivido hasta el momento... pero eso nunca sucedió y finalmente, como todo lo que no se practica con esmero y continuidad, aquella amistad pareció esfumarse junto a la nada... como un sueño perdido entre montañas, ríos y sábanas de estrellas en verano.

El caso es que ella recuerda con nitidez una de las conversaciones en las que se vieron envueltos durante aquellos años de descubrimientos compartidos, un cruce de opiniones breve pero muy concreto, dos posturas antagónicas que ella muchos años después, probablemente demasiados, aún guarda en una cajita de plata en un lugar lejano y privilegiado en su memoria...

Ella: Me apasiona la fotografía, es algo que me llama tanto la atención que me encantaría hacer un curso profesional. Siempre me verás pegada a mi cámara... y cuando menos lo esperes ahí estará mi disparo para congelar el momento, detener el tiempo y poder retenerlo por siempre en mi recuerdo en forma de captura instantánea impresa en papel. Evito así la posibilidad de perder en el olvido muchas experiencias y emociones que haya podido experimentar en al vida, de alguna manera me da la sensación de que así mantengo vivo el espíritu de quien me acompaña en este viaje y los escenarios por lo que caminé. 

Él: Yo, por el contrario, no las puedo ni ver, el dolor que me produce observar el recuerdo impreso tiempo después de haberlo vivido me consume y me supera. Prefiero quedarme con la imagen en mi memoria y evocarla activa, como si fuera una ensoñación, siempre que me apetezca. Evito así ver la imagen estática, pasiva, sin vida estampada en un trozo de hoja inerte, haciendo que pierda por siempre la alegría vívida que tiene el recuerdo en la memoria.

Y así, rumiando aquel recuerdo, ella avanza en la vida, capturando con su fiel compañera, ahora digital y sin carrete, todos los momentos vividos evitando que el tiempo avance, procurando parar la existencia y congelar en la retina todas las vivencias que nos hacen sentir activos... intentando retener las emociones, los pensamientos, las personas, paisajes y recuerdos en imágenes estáticas que le hagan soñar y no olvidar jamás... evitando, sin sentido, cometer de nuevo la inevitable experiencia de la pérdida... del olvido... de la lejanía incontrolable.

Y así, siempre que a ella le regalan una cámara fotográfica nueva, él regresa a su memoria recordándole que sigue su camino en paralelo y que probablemente nunca vuelvan a cruzarse sus destinos, como si fuera la conciencia de la amistad perdida.

Extrañezas de la vida, suele pensar ella, que nos hace mirar por los objetivos del recuerdo cuando menos lo esperas e, irónicamente, constatar que a veces la postura de aquel con quien se conversaba era la que finalmente tendría la postura acertada, pues ahora, muchos años después, probablemente demasiados, a ella le entristece mirar aquellas imágenes donde ambos sonreían inocentes, con apenas quince años, rodeados por un paisaje estático, pasivo, sin vida... sin poder evitar recordar con nostalgia aquella experiencia, aquella amistad extraviada, aquella camaradería estampada inerte en un trozo de papel... dejando perder, en cierta medida, la alegría vívida que tenía el recuerdo en su memoria.

http://www.photographyblog.com/news/panasonic_lumix_dmc-sz1_and_sz7/
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4 comentarios:

ANRAFERA dijo...

...vivencias e historias reflejadas en un papel y transmitidas al ser contemplada.
Bonito relato e interesante tu blog. Ha sido un placer recabar en tu rincón a través de los premios 20Blogs. Mucha suerte y éxitos.
Saludos cordiales y Felices Fiestas.
Ramón.
P.D.: Si te gusta la fotografía y Photoshop, te invito a pasar por mi blog DISEÑO GRAFICO CON PHOTOSHOP (www.ramonferrera.blogspot.com), donde de manera desinteresada enseño técnicas muy fácil de realizar con Photoshop mediante tutoriales que explico "paso a paso". Espero te guste y sea útil.

M.G dijo...

¡¡¡ QUÉ JÓVENES FUIMOS CUANDO FUIMOS JÓVENES!!!!!!!

*********FELIZ cOMIENZO Y SEGUIMIENTO DE AÑO****************

Docecuarentaycinco dijo...

¡Hola Anrafera! Bienvenido de nuevo a 12:45pm.

Gracias por tu comentario, me alegra muchisimo que te guste lo que ves al mirar por mi ventana, puedes asomarte siempre que te apetezca y, por supuesto, comentar lo que te parece aquellos que ves cuando mires.

Sin lugar a dudas me pasaré por tu Blog ;), lo miraré con calma y con ilusión, por lo que cuentas están realizando un gran trabajo.

Un besazo y ¡¡FELICES FIESTAS!!

Docecuarentaycinco dijo...

¡¡HOLA M.G., CUANTO TIEMPO QUE NO TE VEÍA POR AQUI!!

Muchas gracias por tu fidelidad, siempre ahí, en público o en las sombras ;).

TE DESEO IGUALMENTE UN FELIZ COMIENZO Y SEGUIMIENTO DE AÑO... ¡MIREMOS SIEMPRE HACIA DELANTE!