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Hoy es uno de esos días en los que una línea parece ser el infinito, una lejana utopía donde se pierde la inspiración, un delirio.
Concebir una oración... ¡un imposible!, sujeto, verbo y predicado enlazados aparentan ser una utopía inalcanzable, remotamente alejada.
Inspiración bajo sospecha de huelga, sutil se esconde en mi cabeza mareada. Hoy sospecho que sea un día de creatividad anulada.
Mis dedos no responden a los impulsos nerviosos de mi cabeza que se pierden entre mis entrañas agotadas. Musas huyendo enloquecidas, infectadas de mi virus de demente perturbada.
Hoy no se me ocurre nada... las palabras bloquean mi boca muda, arde el vacío de la imaginación privada... estridencias que ensordecen mi cabal pensamiento, mis manos de piel despojadas...
... y cuando todo parece consumirse en la desgarrante ausencia de musas desquiciadas, comienzo, intuitiva, a escribir "Hoy es uno de esos días..." y se me ilumina, súbita, la mirada.
Concebir una oración... ¡un imposible!, sujeto, verbo y predicado enlazados aparentan ser una utopía inalcanzable, remotamente alejada.
Inspiración bajo sospecha de huelga, sutil se esconde en mi cabeza mareada. Hoy sospecho que sea un día de creatividad anulada.
Mis dedos no responden a los impulsos nerviosos de mi cabeza que se pierden entre mis entrañas agotadas. Musas huyendo enloquecidas, infectadas de mi virus de demente perturbada.
Hoy no se me ocurre nada... las palabras bloquean mi boca muda, arde el vacío de la imaginación privada... estridencias que ensordecen mi cabal pensamiento, mis manos de piel despojadas...
... y cuando todo parece consumirse en la desgarrante ausencia de musas desquiciadas, comienzo, intuitiva, a escribir "Hoy es uno de esos días..." y se me ilumina, súbita, la mirada.
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2 comentarios:
Anda, que menos mal que no estabas inspirada, jejeje.
Yo también tengo días así. Me siento y me pregunto: ¿Y ahora qué coño escribo?
Lo peor es cuando estoy con una novela, creo tenerlo todo atado y, de repente, me quedo atascado por algún pequeño detalle que me hace replantearme toda la historia que estoy escribiendo. En esos momentos agradezco estar escribiendo con teclado y no en papel, porque a buen seguro que me cortaría las venas con los bordes de los folios.
Por suerte, al final todo termina bien.
Un saludo.
Así es, esos días son muy inquietantes... y aunque uno sabe de antemano que suele ser algo puntual, cada vez que aperecen esos días en blanco, esas lagunas angustiosas, parece que el mundo se va a terminar. No aprendemos, siempre caemos en el mismo error del pánico escenico. Una y otra vez el mismo sentimiento.
Así que siguiendo las últimas palabras de tu comentario, efcetivamente al final todo termina bien... y si no termina bien es que no es el final ;).
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
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