Y llegamos, sin casi habernos dado cuenta, al día previo al regreso soñado.
Si echamos levemente la vista hacia atrás veremos que por estas tierras hemos vivido días intensos a lo largo de esta semana. Comenzamos el lunes (que parece que fue ayer... ¡cómo pasa el tiempo!) con emoción nerviosa y a ese sentimiento se fueron uniendo descontroladamente el agotamiento, la inercia, la emoción, la desconexión y finalmente la dispersión, que hizo acto de presencia en el día de ayer.
Tengo todo este conglomerado de sensaciones todavía con olor a recién sacado del horno... recientes y presentes aún en mi interior.
Hoy es sábado, último día completo en Tierra de Acogida antes del temporal regreso navideño a mi norte querido en Tierra de Origen. Como no podía ser de otra manera, escribo de madrugada (de muy madrugada) en el sillón negro de un salón aséptico y transitorio. En la calle se escuchan petardos que nos recuerdan la llegada inminente de la fiesta navideña y aunque faltan bastantes horas para que amanezca el tráfico incansable es la banda sonora que acompaña al sonido de los explosivos festejos.
Un día lleno de energía positiva envuelto en aparente cotidianidad.
Para mi sinceridad de hoy escojo un estado... el insomnio.
Quien viva lejos de su hogar de procedencia y también quienes tengan a seres queridos lejos sabrán la cantidad de turbaciones que se fusionan desconsideradamente las noches previas al evento ansiado, al regreso. Ellos sabrán que este insomnio esconde muchas emociones al mismo tiempo, este insomnio nervioso es perfectamente soportable y además se echa en falta cuando decide hacer acto de ausencia. Un evento de infinita felicidad requiere, por norma, la existencia previa de al menos dos (nunca más de tres) noches de insomnio.
Esto le da emoción al asunto... que al fin y al cabo es de lo que se trata ¿no?.
Y cierro esta sinceridad del día previo con un pedacito de una charla que mantuve hace pocos días con un buen amigo. Él me dijo en un cruce de comentarios escritos a través de internet que últimamente me paso la vida en constantes cuentas regresivas. Y
ciertamente, razón no le falta.
Si echamos levemente la vista hacia atrás veremos que por estas tierras hemos vivido días intensos a lo largo de esta semana. Comenzamos el lunes (que parece que fue ayer... ¡cómo pasa el tiempo!) con emoción nerviosa y a ese sentimiento se fueron uniendo descontroladamente el agotamiento, la inercia, la emoción, la desconexión y finalmente la dispersión, que hizo acto de presencia en el día de ayer.
Tengo todo este conglomerado de sensaciones todavía con olor a recién sacado del horno... recientes y presentes aún en mi interior.
Hoy es sábado, último día completo en Tierra de Acogida antes del temporal regreso navideño a mi norte querido en Tierra de Origen. Como no podía ser de otra manera, escribo de madrugada (de muy madrugada) en el sillón negro de un salón aséptico y transitorio. En la calle se escuchan petardos que nos recuerdan la llegada inminente de la fiesta navideña y aunque faltan bastantes horas para que amanezca el tráfico incansable es la banda sonora que acompaña al sonido de los explosivos festejos.
Un día lleno de energía positiva envuelto en aparente cotidianidad.
Para mi sinceridad de hoy escojo un estado... el insomnio.
Quien viva lejos de su hogar de procedencia y también quienes tengan a seres queridos lejos sabrán la cantidad de turbaciones que se fusionan desconsideradamente las noches previas al evento ansiado, al regreso. Ellos sabrán que este insomnio esconde muchas emociones al mismo tiempo, este insomnio nervioso es perfectamente soportable y además se echa en falta cuando decide hacer acto de ausencia. Un evento de infinita felicidad requiere, por norma, la existencia previa de al menos dos (nunca más de tres) noches de insomnio.
Esto le da emoción al asunto... que al fin y al cabo es de lo que se trata ¿no?.
 |
| http://lamima.blogia.com/temas/de-lamima.php |
Mi respuesta fue precisa, "me paso la vida en cuentas atrás mientras camino hacia delante. Curiosas ironías de la vida en tiempos revueltos".
Y reflexionada esta realidad de mi existencia en los últimos años, no se me ocurre mejor manera de cerrar el VI Capítulo de esta "serie" hecha con franqueza que compartiendo un anuncio publicitario de mi Tierra de Origen que sé que en los últimos tiempos ha causado mucho revuelo en el alma de demasiados ciudadanos que pueblan dispersos el planeta Tierra... por supuesto, yo soy una de esas moradoras a las que le ha tocado fuerte la creatividad realista de este pequeño cortometraje que, en tan pocos minutos, tantas cosas sutiles encierra... entre ellas, noches de insomnio previas al regreso... ¡FELIZ SÁBADO AMIGOS/AS!...
Y reflexionada esta realidad de mi existencia en los últimos años, no se me ocurre mejor manera de cerrar el VI Capítulo de esta "serie" hecha con franqueza que compartiendo un anuncio publicitario de mi Tierra de Origen que sé que en los últimos tiempos ha causado mucho revuelo en el alma de demasiados ciudadanos que pueblan dispersos el planeta Tierra... por supuesto, yo soy una de esas moradoras a las que le ha tocado fuerte la creatividad realista de este pequeño cortometraje que, en tan pocos minutos, tantas cosas sutiles encierra... entre ellas, noches de insomnio previas al regreso... ¡FELIZ SÁBADO AMIGOS/AS!...
No hay comentarios:
Publicar un comentario