sábado, 13 de diciembre de 2014

DÍA 770: Cada 24 horas

Son las tres de la madrugada. Ayer caí rendida temprano sobre el esponjoso colchón envuelto en sábanas color granate y eso siempre hace que al día siguiente mis ojos amanezcan demasiado pronto.

No me importa.

Lo bonito de madrugar es que tengo el mundo para mi sola... bueno y ahora también para el gato, que merodea entre mis piernas mientras golpeo convulsa las teclas del portátil que reposa sobre mis rodillas.

El ventilador, como siempre, gira frente a mi y me ofrece, de manera inconsistente, ráfagas de aire fresco en esta mañana de diciembre en el Caribe.

El silencio me envuelve.

http://caribbeantl.com/wp-content/uploads/2010/05/Muralla-Viejo-San-Juan.jpg

Esta paz tan solo queda rota por el ruido de algún coche escandaloso que allí, a lo lejos, pasa por el expreso con prisa rugiente.

Nada más. Silencio y paz para un sábado cercano al regreso y la Navidad.

Me gusta levantarme temprano. Es una extraña sensación que llevo conmigo, al menos, desde que tengo uso de razón. Es una fuerza incontrolable que comienza con mariposas en el estómago cada vez que me desvelo. Es, sin duda, el enamoramiento por la vida.

Aprovechar cada segundo de la existencia, ser consciente, absorber vivencias, estrujar mi mente, mi corazón y la vida entera. Si por mi fuera, y si la ciencia y la salud lo permitieran, jamás dormiría.

http://blogs.20minutos.es/madrereciente/files/2012/05/no-quiero-dormir.jpg

Me gusta el día. Me gusta ver llegar el día. Los amaneceres, esa energía envolvente tan difícil de describir. Un nuevo día de vida. Una nueva oportunidad de sentir, de llenarnos de experiencias y emociones. De vivir.

Tan simple. Tan complejo.

Dormir tiene solo un sentido, el reposo, con dos carriles de ida, uno físico, el otro... emocional. Acto sencillo e innocuo que tan solo busca el sosiego de cuerpo y mente para, al día siguiente, seguir siendo agitados. Pequeños bucles de veinticuatro horas de duración.

Nos dan cuerda. Llevamos un reloj que marca horas en nuestra contra dentro de nuestro sistema.

Nero, el gato, trasnocha conmigo de vez en cuando. Si yo me levanto pronto, él también lo hace. Me acompaña en mis desvelos.

Y mientras tanto el tiempo pasa. Ya son las cuatro de la madrugada y el silencio, excepto un par de estornudos de algún vecino acatarrado, me sigue envolviendo. Soy yo quien lo rompe con el ruido de las teclas descargando este costumbrismo aplastante.

El sábado se hace esperar. Habrá que tener paciencia...

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Por el momento los intrépidos escritores que han dicho "SÍ QUIERO PARTICIPAR" para el reto de las 100.000 son:

- M.G.
- JAIME
- AMA
- AITA
- OLGA

Sé que un reto como este impone de una manera desorbitada y escalofriante, pero recordad que "valiente no es quien no tiene miedo, si no quien a pesar de tenerlo se enfrenta a el". Así que todavía tenéis 2 días para armaros de valor y lanzaros a la aventura.

Sigo esperando impaciente vuestro "SÍ QUIERO PARTICIPAR". Podéis hacerlo hasta MAÑANA DOMINGO 14 DE DICIEMBRE, solo tenéis que DEJAR UN COMENTARIO EN ESTA SALIDA o ENVIARME EMAIL A docecuarentaycincopm@gmail.com.

Si quieres información sobre este juego te recomiendo  que te asomes por el "DÍA 764: LAS 100.000 (PARTE II)".

Yo, por mi parte, prometo no defraudar, aseguro muy buenos ratos de fantasía, superación, creatividad y participación colaborativa... ¡¿qué mejor manera de romper la rutina?!.

¡¡ANÍMATE, 
ESPERO TU VALENTÍA!!

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