sábado, 13 de abril de 2013

DÍA 263: Las estadísticas me irritan

Definitivamente aquella fue la gota que colmó el vaso.

Me levanté, como cada día, cuando aún el Sol no había desperezado sus rayos. Sigilosa para no despertar al vecindario me dispuse a llevar a cabo mi rutina de madrugada, esa que me permite unas pocas horas al día dedicarme un tiempo única y exclusivamente para mi.

El protocolo matutino se desarrollaba con absoluta normalidad, incluso podría decir que con ligereza y positividad.


Todo aventuraba grandes minutos de personal evasión en mi sofá de tela negra frente al incesante ventilador... todo era alegría y estreno de un nuevo día hasta que el ordenador finalizó su carga y accedí a la página de estadísticas de mi personal ventana de inspiración de vida e intento de expiración artística.


En ese preciso momento la indignación recorrió todo mi interior, pues la tabla de resumen numérico de visitas me mostró, de manera fugaz pero con firmeza, no solo un mal gesto con sus picos y sus puntas, con uno no tenía suficiente, así que me hizo dos malas señas... sarcásticas, realistas, punzantes.

En cuanto vi aquella gráfica vislumbré ágilmente, y por duplicado, esa seña manual que, buscando la ofensa, a veces hacen los humanos con sus dedos índice y meñique... todo un despliegue de "educación" envuelta en cálculos perniciosos, eso fue lo que mi mente aún somnolienta percibió.

Por supuesto terminé súbitamente de despertarme y recordé entonces que con las estadísticas no se juega y que a mi, personalmente, de toda la vida me han irritado enormemente.
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