jueves, 20 de junio de 2013

DÍA 331: Se busca talento en buen estado

http://escueladecircosocialzgz.blogspot.com/

Martín tenía un talento... y lo perdió.

Lo extravió entre una maraña de vida planificada, desilusión, frustraciones, abandono, desmotivación y dejadez.

Hoy duda si fue él mismo quien, durante unos breves segundos convertidos en años, lo perdió de vista y así lo descarrió, si alguien lo encontró abandonado y lo adoptó en un rapto furtivo o si fue, tras la falta de cuidado y cariño que el talento, por propia decisión... huyó en silencio y discretamente.

El caso es que Martín, hoy, no encuentra su talento... ¡precisamente hoy!... ¡que tanta falta le hacía!...

Ha vaciado cajones, ha recorrido todos sus álbumes de fotos esperando encontrar pistas que lo llevaran irremediablemente a resolver el enigma del desvanecimiento talentoso, ha movido todos los muebles de casa y del trastero (incluso aquellos que ha redescubierto tapados en polvoriento abandono), ha llorado, se ha desesperado, ha enloquecido y finalmente... viéndose rodeado del más absoluto caos... acorralado por un barullo de objetos materiales inclasificables volcados a su alrededor tras la búsqueda descontrolada... se ha desplomado abatido sobre el suelo de madera reluciente que hacía, pocas horas antes, tan acogedor su pequeño piso en el centro de la ciudad.

Definitivamente ese talento, ese que hoy tanto necesitaba, ya no existe... se evaporó como en un inesperado truco de magia magistral.

Lo que Martín no sabe es que su talento, el mismo que cree extraviado y perdido para siempre, está bajo el parqué... agazapado y paciente... esperando que su dueño lo rescate de ese zulo de secuestro negligente. Sin fuerzas, a estas alturas de la historia, ni para latir cual corazón delator que lo ayude a llamar la atención de Martín, su propietario, quien se afana en buscar desesperado únicamente en aquella realidad que sus ojos pueden ver...

... patrón descuidado y superficial que, en lugar de aventurarse a registrar los lugares donde realmente los talentos se esconden... en las profundidades ocultas... se centra en justificar atormentado su pérdida pretendiendo hallarlo en lugares de fácil acceso y sin demasiado esfuerzo.

Y así, dramáticamente acompañado por una triste y lejana banda sonora hecha sollozo y lamento a manos de su dueño, el talento, una vez más, se acurruca bajo las tablas de madera de aquel desbaratado piso en medio de la metrópoli, buscando consuelo y alivio sabiendo que pasaría mucho... mucho tiempo más... antes de que su propietario desorientado diera con él. Sabía que le quedaban muchos días aún en aquel desamparado agujero escuchando, lejanamente, a la conciencia delatora e ineficiente de Martín.

"No existe gran talento sin gran voluntad" Honoré de Balzac

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4 comentarios:

matrioska_verde dijo...

¡que pena que Martín no sepa buscarlo bien!... y no tengo muy claro que al final lo encuentre, igual un día deja de buscarlo ya y se acostumbra a una vida grís y tediosa, sin talento.

biquiños,

Docecuarentaycinco dijo...

Ay Aldabra... así es, tristemente eso es lo que suele pasar, una verdadera pena. Si Martín se parara a escucharse un poquito a sí mismo y tuviera la valentía de enfrentarse a sus temores y sus comodidades la historia sería otra, ¿no crees?.

Muchas gracias por asomarte una vez más y por dejar aquí tu comentario.

Un beso muy fuerte y que tengas un final de semana maravillosa.

M.G dijo...

Bonito e instructivo me ha parecido este cuento.

Un abrazo.

Docecuarentaycinco dijo...

Buenos días M.G., cuanto tiempo, se te echaba de menos :).
Me alegra mucho que te haya gustado.
Un abrazo tambien para tí, muy muy fuerte.