martes, 12 de agosto de 2014

DÍA 715: "Al morir no nos entierran, porque enterrar algo significa olvidar. Al morir nos siembran, porque todo lo que hayamos cultivado en vida será recogido por otros tras nuestra despedida"

Siempre me ha parecido enormemente curioso y apasionante el comportamiento humano en todas sus dimensiones. Para mi es algo tan atrayente, conmovedor y sorprendente que casi diría que forma parte de mi personalidad el entusiasmo hacia el descubrimiento continuo de lo más recóndito de nuestra cabeza.

Por supuesto, tras algunas dudas iniciales propias de la edad y las circunstancias, mis estudios formales se encaminaron hace ya algunos años hacia esta vertiente. Y, por supuesto también, de siempre parte de mis entretenimientos en la vida están relacionados con esta temática. Nunca dejo de asombrarme y aprender, es como si fuera un pozo sin fondo de descubrimientos al que hace muchos años me lancé y del que no quiero salir.

De entre el prisma complejo en el que se estructura la personalidad y el carácter, hay un área que es, sin duda, enjambre de curiosidad hipnótica, y no es otra que las emociones.

Tema complejo que nunca deja de sorprenderme. Podría compartir páginas y páginas en esta ventana sobre las propias experiencias y sobre mi propia opinión al respecto, pero se que no es lugar ni soy quién para dar ninguna clase magistral sobre el tema. 

Sin embargo, hoy quiero expresar una curiosidad de la que ayer fui protagonista en primera persona. Tras un día complicado emocionalmente (alegrías y tristezas en un solo paquete), a la noche, en la tranquilidad de mi cama, me vino de pronto un pensamiento a la mente. Es curioso cómo, sin llegar a conocer personalmente a alguien, su fallecimiento puede causarte tristeza y dolor. Por supuesto no es el desgarro de un familiar o un amigo cercano, pero la muerte, el dolor, el sufrimiento de otros a los que nunca se ha conocido en cuerpo y alma presente, puede tocar la emoción igualmente.

Eso me hace confirmar que las relaciones humanos son redes entretejidas, quizás yo no conocía en presencia a esa persona que se ha ido, pero muchos de los que me rodeaban sí. Su espíritu, su esencia, su personalidad de alguna manera ha quedado presente en el ambiente y eso sí lo puedo sentir.

Ayer viví una triste despedida relacionada con mi trabajo. Dijimos adiós a una persona luchadora a la que, como adelantaba, no tuve el placer de conocer en persona, pero gran parte de mis compañeros sí pudieron aprender y compartir tiempo con ella. Con eso es suficiente para mí, ya tenía la sensación de que ella también hubiera formado parte de mi vida. Participé por tanto de la tristeza de su partida.

En el funeral se dijeron palabras muy sabias, pero hubo una reflexión que me caló hondo... "Al morir no nos entierran, porque enterrar algo significa olvidar. Al morir nos siembran, porque todo lo que hayamos cultivado en vida será recogido por otros tras nuestra despedida".

No puedo estar más de acuerdo.

Y como tal, con esa siembra, quiero mostraros unas imágenes que saqué ayer. Más allá de parecer tétrico o lúgubre, quiero ofrecer unas imágenes de paz y belleza, pues un camposanto estructurado de la siguiente manera me parece de una belleza inmensa... sobre todo por el hecho de que muestra cómo nos vamos de este mundo, sin clases, sin rangos, sin riquezas ni pobrezas... en este modelo de camposanto no hay jerarquías ni clases, porque a la hora de la despedida las cosas materiales de nada nos sirven... y para mi no hay mayor belleza que esa. 

Nacemos desnudos de ropajes y morimos desnudos de espíritu, lo que decidamos hacer entre ambos sucesos es decisión personal... yo prefiero aumentar mis riquezas de espíritu, al fin y al cabo las riquezas de ropaje no se siembran ni se recogen cuando ya no estemos presentes.



NOTA. En la noche de ayer el mundo recibió también la triste noticia de que Robin Williams había partido. Este escrito también se lo dedico a él, su siembra en esta vida ha sido inmensa y muchas de sus películas han formado parte de lo que al principio de este escrito relataba, mi pasión por conocer más sobre el carácter humano. DEP.
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El Rey Pescador es una de mis películas favoritas... aquí un pequeñísimo fragmento.

4 comentarios:

M.G dijo...

No puedo estar más de acuerdo con tus opiniones y reflexiones de hoy.
Me ha parecido muy interesante la frase que ayer oiste y que has querido compartir con nosotros. Totalmente de acuerdo.
Allí, dices, estás aprendiendo cada dia cosas que te llenan y te hacen crecer y yo, personalmente, te doy mil gracias por compartirlas con nosotros que a la vez crecemos contigo. Gracias por tu generosidad y sigamos creciendo juntos por mucho tiempo.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Muchas veces me ataca la idea de que desdramatizar nuestra existencia no estaría mal. Recuerdo el refrán aquel que decía "El muerto al hoyo y el vivo a bollo"... y mira tú que -a mi humilde manera de ver- no le falta razón. Convivimos con tópicos que sin ser falsos, son perniciosos y no nos ayudan a aliviar la presión sobre un futuro cierto.
Me encantaría poder liberarme de ella
Precisamente es esa dramatización de la muerte lo que hace que algunos la utilicen como arma política y religiosa.

Un beso desde la lejanía.

Docecuarentaycinco dijo...

¡Buenos días M.G.! Me alegra muchísimo que te hayan gustado mis líneas de hoy. Siempre que leo vuestras bonitas palabras me sacais una sonrisa cómplice. En el otro comentario decía que mirar todos hacia un mismo punto, como es la luna, hace que podamos sentirnos todos más cerca... con esto ocurre lo mismo, que tengamos en ocasiones los mismos planteamientos, hace que también uno se sienta acompañado en el camino.

Por supuesto no digo que todos tengamos que pensar igual, ¡valgame Dios que aburrimiento! me gusta ver diferentes perspectivas de las cosas, pero de vez en cuando, con cosas bellas y reflexiones como la de este día, compartir emociones hace que uno se calme (sobre todo cuando hablamos de este tema lleno de pánico y tabú como es la muerte).

Un beso enorme y gracias de nuevo por tan bonitas palabras... ¡feliz miercoles!

Docecuarentaycinco dijo...

Queridísimo Luis Francisco, que alegría siempre leer tus comentarios.

Estoy deacuerdo contigo, es ciertamente difícil desdramatizar con este tema, especialmente cuando uno siente pasión por la vida (como es mi caso).

Espero que mi escrito de hoy no te haya parecido dramático, pues mi intención no estaba más alejada de ello... quería compartir algo bello que vivencié esta semana y reflexionar sobre ese planteamiento de siembra de espíritu con la que cerré el día en la tranquilidad de mi cama.

Siempre he sido un poco de Carpe Diem, aunque con cierta planificación... nada de todo a lo loco, el día comienza y termina y hay que aprovecharlo al máximo pero siempre teniendo la esperanza de que habrá un mañana para seguir con nuestros planes, así que comienza y termina con objetivos siempre por cumplir.

Soy una apasionada de la vida, morir me da pánico total y absoluto, pero soy consciente de que llegará y para mi no hay mayor legado que intentar, cada día, hacer el mayor bien posible a quien lo necesita (incluyendose uno mismo).

Muchos besos y gracias por pasarte por esta tu casa, siempre es un placer compartir un ratito contigo.