martes, 18 de diciembre de 2012

DÍA 147: Despegando

El día que esto escribo será un día lleno de nudos estomacales, de serpenteantes inquietudes recorriendo mi interior y de nervios a flor de piel.

A primera vista parece un día más, un día de trabajo rutinario, sin mucha novedad al frente... pero lo cierto es que este día guarda una desagradable sorpresa para quien esto suscribe... y es que el final del día, cuando la luz ya haya recogido sus enseres y haya dado paso a la sábana de noche oscura que todo lo atrapa... cruzaré la puerta de un lugar si tiempo, de uno de esos espacios donde las almas transitan en tránsito... hoy, cuando ya no haya marcha atrás, dejaré la noche y la ciudad a mis espaldas para adentrarme en un aeropuerto.

Hoy es El Día, ese día extraño lleno de inestabilidad y retortijones, ese día en el que mi mayor miedo regresa a mi recuerdo para martillear incesante mis entrañas y evitar que lo relegue al más profundo olvido, esquivando así su expulsión y afianzando el pensamiento de que son precisamente esos temores los que ayudan a tomar conciencia de la debilidad humana, de su frágil desarme emocional y gástrico.

Recuerdo que de pequeña tenía un bonito avión de metal, pequeño y ligero. Me encantaba jugar con él, lo hacía despegar sin titubeos y, agarrándolo fuerte con mi diminuta mano le ayudaba a volar y revolotear por todo el espacio aéreo de mi cuarto de juegos... el trayecto siempre se acompañaba de un extraño sonido emitido por mis labios al vibrar como un motor renqueante o unas hélices antediluvianas. Era un juego divertido y despreocupado.


http://www.guiainfantil.com/blog/educacion/juguetes/los-mejores-juguetes-para-el-verano-de-los-ninos/

La cosa cambiaba cuando debía hacerlo aterrizar sobre la alfombra que ocultaba completamente el suelo de la habitación, pues misteriosamente se le había perdido la pequeña ruedita negra del tren de aterrizaje y eso complicaba siempre el proceso... mi cabecita ya iba preparando el miedo... ahí ya me sorprendía el abdomen con pequeñas punzadas de aviso sobre lo que me depararía el futuro.

Ahora recuerdo aquel pequeño pedazo de metal y plástico blanco, desgastado por el uso lúdico y por los abandonos en la caja de juguetes... ahora sonrío, irónica, por aquella inocencia perdida.

Efectivamente, tengo miedo, terror, pánico a volar.

Soy persona portadora de un alma libre y flexible. Me gusta alzar mi pensamiento, reflexionar y elevar la imaginación a límites estratosféricos... pero con los pies en el suelo.

Podría contar mil anécdotas donde un avión, un aeropuerto o un vuelo son los protagonistas... pero, como imagino comprenderéis, queridos amigos de esta pequeña gran ventana, evitaré echar más leña al fuego y comenzaré desde ya mis técnicas de relajación y desahogo...

http://www.todocoleccion.net/avion-miniatura-iberia-airbus-a340-metal-10-5cm~x32218962

Abierta un poco más mi esencia y hecho público mi miedo, recojo mis enseres y procedo a cerrar la maleta. Espero que este despliegue de la más absoluta sinceridad ayude a la purga de mis más recónditos temores.

Dejaré preparada la publicación de mañana... pero no sé exactamente a qué hora podrá ver la luz de la pantalla... todo depende del retraso en el despegue y de ese maravilloso momento en el que el tren de aterrizaje, esta vez existente y seguro, haga contacto con la tierra de mi país de origen generando ese sonido tan maravilloso que provoca la certeza de saberse sano y salvo.

¡¡NOS LEEMOS DESDE LA OTRA ORILLA AMIGOS!! 
¡¡REGRESO A CASA POR NAVIDAD!!
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5 comentarios:

AMA dijo...

Pero no me lo puedo creer!!!!!!!
Está ahí, tan nuevecito como lo fué en sus orígenes. Es el mismo avión con el que tanto y tanto jugabas. Te lo llevabas a todos los sitios, menos a la cama claro. Ese avión de Iberia y un camión también de metal, rojo, de bomberos. ¡Eres una niña!, te decian todos, pero a tí nunca te gustó jugar con muñecas, aunque tenias muchas porque todo el mundo se empeñaba en regalártelas, y de todos los tipos, tamaños y condiciones, para ver si a fuerza de tener y tener, te decidías a incorporarlas en tus juegos. Y sí, lo hacías, pero no como ellos querían, sino que las ponías de público para que te vieran como jugabas con tus coches, trenes, garages...
Ánimo y porfa, no le rompas demasiado la mano a Míguel, que solo es un ratito.
Y si no, ya sabes, pastillazo y listo.
Muchos besos y...Hasta mañana.

Docecuarentaycinco dijo...

Intentaré ser prudente con la mano de mi acompañante, que además en este viaje le toca lidiar con dos manojos de nervios (uno que maúlla y la otra que está a punto de hacerlo...).

Desde luego tomaré medidas externas para aplacar la histeria, es la única permisividad química manipuladora de mentes que me permito ;).

¡¡Nos vemos en la otra orilla... ya no queda nada!!

Un beso

BEA dijo...

BUEN VIAJE, Y DEJA AL ACOMPAÑANTE ENTERO QUE TAMBIEN DESEO VERLE A ÉL.
NOS VEMOS

AMA dijo...

ASí que al final viene Nero!!!!pobre animalito, cuántos cambios va a vivir en tan poco tiempo. Quién le iba a decir que su vida daría tal giro aquel día que se le ocurrió entrar en vuestra casa y esconderse detrás del armario. Claro que se debió encontrar muy bien ya que nunca más se quiso marchar. Pero seguro que ni se imaginó la de aventuras y nuevas situaciones que experimentaria.
NERO, ánimo que vas a conocer un clima muy diferente, y a personas distintas a las que estás acostumbrado. Conoceremos al nuevo miembro de la familia.
Quién nos iba a decir que a esta edad, el nieto y la nieta iban a tener 4 patas, jajajajaja.

Un besazo y BUEN VIAJE.

Docecuarentaycinco dijo...

Eso intentaré Bea :)... Ama, sí, Nero es un gato afortunado (más de un habitante local nos ha manifestado su sorpresa de que un gato del interior de la isla vaya a viajar a España y él/ella aún no lo haya podido hacer... siendo su sueño).

En fin, y esto es para ambas... ¡nos vemos dentro de muy poco!... ¡nos vemos en la otra orilla!

Esta es ya mi último escrito desde aquí, pues ahora mismo apago el ordenador y termino de preparar maletas para poner rumbo al aeropuerto ;).

¡¡MUCHOS BESOS!!