viernes, 12 de octubre de 2012

DÍA 80: Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles

Le gusta jugar a los bolos. 

No siempre fue así, ya que al principio se resistía a acompañarnos en nuestras partidas de fin de semana. 

Siempre pensé que el motivo de su deserción reiterativa se debía a inseguridades varias, a miedos a no superar sus propias expectativas y a la propia elección de ser espectadora de la vida en lugar de parte activa de la misma. Solía atesorar mucho sentido del ridículo y de vergüenza propia y ajena... lo que le llevaba a cierta pasividad que, en ocasiones, nos resultaba un poco frustrante para aquellos que le rodeábamos y deseábamos compartir una tarde de risas y de malas tiradas (pues en realidad éramos el resto quienes deberíamos adquirir algo de todas estas características de personalidad... probablemente así nos hubiéramos cohibido un poco en nuestros aparatosos lanzamientos dignos de un jugador inmerso en partida teatralizada).

Me acostumbre a mirarla con cariño fraterno y cierta condescendencia cada vez que llegaba mi turno y deseaba cederle la tirada. Pero ella siempre respondía con un horizontal giro de cabeza, una furtiva mirada al suelo y un posterior rebote de la misma a mis ojos, buscando de soslayo mi aprobación y comprensión de aquella determinación evasiva... ambas cosas las encontraba y, tras mi visual respuesta, seguía mi personal camino y procedía a coger el bolo de manera enérgica.

Solía pensar que quizás el motivo de su pasiva negatividad tenía cierta similitud con una posible visión quijotesca de la realidad, pues sé que a lo largo de su vida, como no podía ser de otra manera, había vivido situaciones difíciles que no fue capaz de abatir como lo hace un bolo ante el impetuoso choque de la bola lanzada. Es probable que ella, al verse enfrentada a diez formas de madera al final de la pista, fuera hechizada por cierta sensación de bloqueo al inspirarle fantasmagóricos retos que no había podido enfrentar en su realidad... produciendo este pensamiento la visión de gigantes donde solo había molinos.

http://inciclopedia.wikia.com/wiki/Archivo:Don_Quijote_molinos.jpg
Yo sospechaba de sus visiones, pero me dedicaba a observarla desde las sombras y a acompañarla en el inevitable camino de la vida para, si fuera necesario, proveerle de lanzas, escudos, corazas y, especialmente, armamento para el alma... ahora que lo pienso, creo que fui (y soy) su Sancho Panza mas fiel... aunque ella aún no lo sabe...

El caso es que todavía recuerdo el día en el que, ya con experiencia en la mochila y con la suficiente valentía que aporta un corazón que acaba de empezar a curtirse, en plena partida sabatina, ella se levantó enérgica y nos preguntó... con un fino hilo de voz... si podía incorporarse a nuestro juego. El ruido ambiental junto con la falta de costumbre nos hizo mirarla sorprendidos y al observarla allí, en pie, estática sobre la tarima de madera encerada, con los zapatos azules y rojos en la mano y con una actitud asombrosamente quijotesca... vimos emocionados a un manojo de nervios y de dudas personales entremezcladas en iguales dosis con pedazos de superación y coraje recién sacados de su envoltorio. Olía a nueva etapa vital... y eso nos gustaba enormemente.

Ni qué decir tiene que, armada con una bola de bajo calibre de un resplandeciente color magenta, con los pies firmes en el suelo y la mirada retadora fijada en los molinos situados al  fondo de la pista, casi ocultos pero tremendamente ruidosos... ella, esta vez sin su fiel Sancho Panza, lanzó decididamente la esfera y, en contra de sus iniciales previsiones, chocó contra los bolos centrales y logró derribar la mitad de aquellas enormes astillas que, durante tanto tiempo, había permitido dejar clavadas en la superficie de la bolera y de su alma.

Saltó de alegría, no podía ser de otra forma. Exaltación exuberante. Me abrazó con esa liviana ligereza que nos inunda cuando se es capaz de soltar lastre y enfrentarse a los propios temores y a los retos que la vida nos va ofreciendo caprichosa. 

Al mismo tiempo, debo confesaros, ella comenzó a cambiar también su actitud ante las dificultades que el día a día nos regala. Ya no vive rodeada de bolos estáticos e inamovibles, ahora se abre paso por su propio camino, derribando, con ímpetu y mucho esfuerzo, los obstáculos que van surgiendo imprevisibles en su propio crecimiento.

Al fin y al cabo así es la vida... todos hemos jugado y jugamos nuestras propias partidas de bolos, nuestros combates contra molinos, nuestros enfrentamientos a estorbos que, muchas veces, solo se hallan en nuestro fantasioso y lóbrego interior.


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6 comentarios:

Ixo dijo...

;D Me gusta sobretodo el video :)

Docecuarentaycinco dijo...

¡¡HOLA IXO!!

¡Que alegría leerte por aqui! ¿Te ha gustado sobre todo el video...? ¿tener un Sancho Panza propio no te gusta? ;).
Muchas gracias por leerme, por tu comnetario y por ser como eres.
Espero verte más veces por aqui.
Un besazo enorme y ¡buenas noches!

Ixo dijo...

También me gusta si, jajaja aunque lo creas o no eso ya lo sabía :P
Me paso siempre y lo leo solo que no suelo comentar :)

Docecuarentaycinco dijo...

;)... comenta siempre que te apetezca, me encantará conocer tu opinión.
Otro beso enorme (desde el otro lado del charco... tan lejos y tan cerca... ya nos va quedando menos).

M.G. dijo...

Vaya,perfecto como siempre!.
Desde muy joven me enseñaron tanto padres como ciertos docentes, que muchos de los grandes nombres de la historia, en su juventud no fueron valorados, pero que su tesón y lucha por llegar donde ellos querian estar les hicieron GRANDES y han sido siglos,décadas, años después, objetos para nuestro estudio. Recuerdo como si fuera hoy el día que, en el día de inauguración de la casa de García Lorca nos contaron cómo él suspendió el bachillerato y a lo que después llegó. En realidad lo que suspendió fué literatura en ese curso. Siempre lo he tenido presente y lo mismo de muchos más genios. La genialidad está dentro de todos nosotros. Solo es cuestión de si queremos sacarla o vivir cómodos dejándonos llevar. Si es así, realmente vivimos cómodos?.Algunos seguro que sí, pero si dia a dia no te encuentras cómodo, igual es porque debes dar paso a tu genialidad que la has dejado dormida y te está pidiendo salir.
Feliz fin de semana.
Anda que no me he alargado hoy, eh?

Docecuarentaycinco dijo...

¡Hola M.G.! Estos días te echaba de menos por aqui. Bonita reflexión que no debemos olvidar, muchas gracias por compartirla.
¡¡FELIZ DIA!! Que disfrutes mucho de estos días festivos.