martes, 21 de agosto de 2012

DÍA 28: Un beso

Hay besos que nunca se olvidan. 

Quedan grabados a fuego, tatuados en el recuerdo, en el alma y en las entrañas...

Son esos besos que, por muchos años que pasen, cuando uno los trae nuevamente a la memoria, provocan las mismas sensaciones que surgieron en el instante en el que se estaban regalando o recibiendo...

Besos que, sin saberlo, lo que besaban en aquel momento era el corazón y no la piel.

No puedo desprender de mi retina aquel recuerdo... aquel beso que, en aquella estación de tren, nos acarició con acuosa mirada ... aquel beso que nos tatuó, para siempre, el dolor de la despedida...

 
Aquellos besos de partida... siempre eran igual... dolorosos y desgarradores silencios con los que decirnos adiós...

Siempre pensamos, ingénuas, que aquel sería el último beso... sin saber que la vida nos depararía muchas estaciones de tren, muchos andenes y aeropuertos de lejanía...

Para superarlo, a tí de dotó de una férrea armadura para tu pequeño corazón... 
 ... en cambio a mí... 
... a mí me arrebató la mia para regalártela a tí...
... dejándome inválida hasta el día de hoy... donde aún seguimos despidiéndonos y pensando, inocentes, que éste será el último beso de despedida...

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4 comentarios:

Jaime T. dijo...

Muy emotivo y muy real. Felicidades!!! ;))

Docecuarentaycinco dijo...

¡¡MUCHAS GRACIAS JAIME T.!!
Un beso enorme

AMA dijo...

Yo lo vi pero no pude descargar el vídeo. Ahora se más sobre la intención. El abuelo y yo hemos estado viendo diferentes cuentos tuyos cuando le he puesto éste. Al llegar la canción los dos nos hemos puesto a llorar. Alegoría póstuma de gran amor de Ixone a nuestro miembro más querido Beethoven. Beethoven, tu despedida ha sido una de las peores. Te seguimos queriendo como si siguieras con nosotros. Cuánto te echamos en falta!!!. Ale, abuelo, no llores más. Abuela, cómo lo echas en falta cuando estás sola! siempre nos dices lo mismo, pero su recuerdo siempre está con nosotros. Crak, que fuiste un Crak. Gracias.

Docecuarentaycinco dijo...

Siento leer tanta pena y estar tan lejos... solo decir que me uno a la tristeza.
Aun así, podemos estar alegres de haber compartido con él tantos años de satisfacción. Él fue muy feliz y cumplió su propósito en su vida y en la nuestra, nunca debemos olvidarlo.
Un beso (sin pena) desde este ladito del charco...