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Me duele el dolor ajeno, tan silencioso. Tan súbito y melancólico.
Emociones que me golpean la piel haciendo temblar mi carne y mis huesos.
Penas forasteras que entran por mis poros, y entre mis venas, enraízan su
desgarro en mi espíritu solidario.
Solitario desconsuelo. Me duele el dolor ajeno.
Lastimosa empatía que conecta el desgarro de las almas en pedazos.
Si pudiera evitarlo, si supiera aniquilar tu mal trago, mi alma cansada
sonreiría disimulando. Triunfadora.
Es inevitable, el sufrimiento del otro es un proyectil insalvable.
Hay quien nace con corazón de hierro. Forjado e impenetrable.
Y quien nace con cuerpo de cristal fino, quebradizo, sutil coraza de tejidos
semejantes.
Lo mío es tuyo. Lo tuyo es mío.
Tu pena, tus lágrimas amargas inundando ese grito ahogado en tu pecho extenuado,
yo las recojo, las mezo y custodio… hasta que tu cuerpo despierte de ese
letargo en que te encuentras.
Ausente.
Yo las alojo en mis entrañas, hasta que tu pena se vaya de tu cuerpo,
cobarde,
por derrumbe o desalojo.
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2 comentarios:
.Hoy, con tu escrito, me has desarmado. Profundo y cierto. Da pié a cada uno para aplicárselo a su momento, todos en el dia a dia tenemos duros y dolorosos momentos, vengan por las causas que vengan.
Eres persona empática, visto está. pero también eres salvadora de nefastos estados anímicos.
Te deseo un buen y feliz fin de semana.Es muy positivo desconectar. yo desconesto ahora mismo.
Muchos besos y desconecta, vale?
Buenos dias M.G. Disculpa la tardanza, he estado unos dias fuera sin demasiada conexion.
Muchisimas gracias por tu comentario y todo lo que implica y significa. En momentos dificiles es de mucho agradecer leer tan bonitas palabras.
Un besazo enorme... espero que lograras desconectar en condiciones.
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