miércoles, 4 de noviembre de 2015

DÍA 794: Más leña al fuego

En los últimos meses, además de mis propios cambios vitales, también he vivido cambios en mi entorno… lo que a su vez, como si de un laberinto sin salida se tratase, ha repercutido seguramente también en mi interior.


Me intentaré explicar lo mejor que pueda aunque creo que he perdido parte del entrenamiento alcanzado tras muchos meses de publicaciones relativamente continuas en esta nuestra ventana.


En estos meses de 2015 que hemos dejado atrás por la gracia del paso del tiempo y el devenir de las estaciones (esas que aquí en Tierra de Acogida ni se perciben) varias personas importantes dentro de mi vida social por este lado del mundo, han comenzado nuevos rumbos en su aventura particular de vida. Decidieron continuar su camino fuera de esta islita del Caribe. La cual, para ser sincera, no está pasando su mejor momento socioeconómico, la verdad.

El caso es que, por muchos y muy diferentes motivos, grandes personas, ejemplos de vida para esta diminuta ciudadana del mundo, han hecho las maletas y se han ido de aquí... poniendo océanos de distancia.


Cuando reflexiono sobre ello termino dándome cuenta de que el dolor que siento no está provocado principalmente por la despedida, que también, sino principalmente por la añoranza que vuelvo a sentir por el cambio, el viajar, los retos, el abandono y, muy probablemente, el regreso a Tierra de Origen. Lo cierto es que me alegro infinitamente por ellos... y me entristezco un poquito más por mí.


Hace poco llegó a mi retina una imagen de una escultura de Bruno Catalano que muy probablemente ejemplifica lo que intento exponer… el desasosiego, desarraigo y desprendimiento doloroso de los que dejamos nuestra tierra para emprender nuevos rumbos (aunque haya sido voluntario y deseado)…

 
http://www.visualnews.com/wp-content/uploads/2013/06/Bruno-Catalano-8.jpg

Siempre termino mi reflexión con el mismo pensamiento. Como si echara leña a mi personal hoguera de motivación, finalizo mi rumiación casi diaria sobre este asunto con el sentimiento, más tal vez que razonamiento, de que es probable que esté acercándose a pasos agigantados… el momento del deseado regreso.

Quién sabe, mi vida es tan impredecible como mis reflexiones. Pero soñar con que el regreso a la tierra que llevo en el alma llena de melancolía está cercano, me alienta en las noches calurosas de frio invierno en el Caribe… así que sigo echando leña hasta que el fuego me queme, ardan mi entrañas y tenga que echar a correr lejos, al océano, para lograr apagar todas las brasas y evitar que el dolor me queme viva.

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