Siento como si estuviera transitando por un viaje estacional de mi vida interior.
Con el Otoño me sentí desnuda y desprotegida, cayeron mis hojas inundando un suelo inestable que crujía a mis pies. Triste y descolorido. Desnutrido. Abandonado y silencioso. Lleno de paisajes con árboles a modo de lanzas, clavando en mis entrañas las ramas afiladas y secas del pasado, del presente y del futuro.
Al llegar el Invierno, todavía desnuda y perdida, sentí el frío aterrador de la verdad. Nieve que me golpeaba congelada sobre mi cabeza. El peso de lo no resuelto. Y yo, inmovil en medio de la nada, me dejaba ahogar por una avanlancha de sentimientos que descontrolados caían por la ladera de mi alma. Frío es el miedo a mirar hacia dentro. Fría la incertudumbre y el perdón.
Y cuando pensaba que moriría congelada con mis propios terrores y cargas, cuando menos lo esperaba, llegó la Primavera. Sutil su llamada alegre. Fue presentándose tímida y colorida. Deshaciendo la nieve de mi alma y de mis pies enterrados y sumisos a mi misma. Capaz de calmar y derretir sin prisa todo lo inanimado. Floreciendo desde dentro, desde lo más profundo y luminoso. Llegó para dar luz, esperanza y un poco de calor con sus tenues rayos de sol que, desde dentro, volvían a iluminar todo el paisaje. De dentro hacia fuera y no al revés.
El Verano llegó a su tiempo. Ni antes ni después. Llegó radiante y alegre. Ocioso y vibrante. Era pura alegría y sencillez. Lo simple de la vida. Una sonrisa infinita, regada de tormentas esporádicas, típicas del verano, pero con el poder suficiente como para secar el alma mojada. Sol interior. Baile. Celebración. VIDA.
El Verano llegó a su tiempo. Ni antes ni después. Llegó radiante y alegre. Ocioso y vibrante. Era pura alegría y sencillez. Lo simple de la vida. Una sonrisa infinita, regada de tormentas esporádicas, típicas del verano, pero con el poder suficiente como para secar el alma mojada. Sol interior. Baile. Celebración. VIDA.
Hay veces que debemos darnos cuenta de que hemos tocado fondo para poder resurgir renovados y más fuertes. Siempre se necesita ayuda, como esos tímidos rayos de sol del renacer de la primavera. Viva el verano emocional y personal!!!!
ResponderEliminarHola Izaskun me gustaría contactar contigo,es importante.Te puedo escribir al email?
ResponderEliminarClaro, en confianza. Puedes escribirme a docecuarentaycincopm@gmail.com.
ResponderEliminarUn abrazo.